¡Deliciosa e inigualable hipocresía nacional!
Todos en Perú saben que se está fletando una candidatura presidencial, tempranera y bajo el erróneo supuesto que siempre estarán en pico alto, desde Palacio y con dinero de la ciudadanía. A nadie escapa que los medios de comunicación, adulones profesionales por escrito, en la televisión y por radioemisoras, son cómplices del arrebato con el pretexto de la “información”. ¿Quién puede yugular las legítimas pretensiones de la señora Nadine Heredia a postularse al sillón que hoy ocupa su esposo, Ollanta Humala? Creo que nadie, no obstante esa verdad de Perogrullo, debiera hacerlo con su dinero y con absoluto divorcio de los amables como ingentes recursos del Estado.