Alberto Adrianzén M.*

El dato es bastante curioso: mientras que en la mayoría de países de América Latina, y en especial en América del Sur, discuten sobre la integración de la región y sobre la mejor manera de avanzar en lo que sería una nueva unidad política e institucional de estos países, aquí caminamos en sentido diametralmente opuesto. Hace unos días, Juan Paredes Castro, editor central de política del diario El Comercio, en una de sus columnas nos dice lo siguiente: “Cada Cumbre de APEC debe ser para el presidente Ollanta Humala, exagerando la metáfora, como un viaje a las estrellas, por decir lo menos, un viaje a otro planeta. No es el cambio de escenario ni la larga travesía a ultramar lo que hace la diferencia. Es el cambio de visión política que opera intensamente en él a la hora que tiene que alternar con la mitad de los líderes más importantes del mundo” (El Comercio, 10-09-12).

Para Paredes Castro, Ollanta Humala cada vez que se reúne con los países miembros de la APEC sale de esta suerte de encierro que imponen “las recetas del estatismo-populista de Hugo Chávez, Velasco Alvarado, Evo Morales y La Comunidad Andina”. Para este periodista, se trata de llevar al Perú a otro planeta, es decir, a la órbita de los países emergentes, lejos por cierto de otros planetas que representan una serie de amenazas a las cuales hay que enfrentar: “los grotescos chantajes del caciquismo regional, del sindicalismo parásito, de las mafias del narcotráfico y de la burocracia ineficiente y corrupta”. La idea de Paredes Castro de que los países de la APEC serían algo así como el nuevo paraíso terrenal y que los países de nuestra región, como el infierno de Dante, un lugar en el cual toda esperanza debe ser abandonada, es no solo exagerada y apocalíptica, sino también falaz. Todas estas taras de los países llamados “estatistas-populistas” existen no solo en esta región, sino también en países de la APEC como EE. UU., Rusia, México, Japón y en otros que son parte de este planeta, fantasioso por cierto, que nos propone el columnista.

Sin embargo, esta idea de los dos planetas, tan primaria como ideológica, que expresa un pensamiento muy propio de la Guerra Fría, es solo uno de los objetivos de la columna de Paredes Castro. Hay otro.

Este es abrir trocha, como se dice, para la renuncia del canciller Roncagliolo y consolidar una política exterior conservadora, más aún ahora que el Perú tiene la presidencia de UNASUR. Leamos a Paredes: “En la entrevista concedida [por el presidente Ollanta Humala] a nuestro enviado especial (se refiere a la publicada por el mismo diario el 09-09-12)… el mandatario toma definitiva distancia de su propio canciller, Rafael Roncagliolo, quien asumió su cargo pensando —seguramente con sinceridad— que las relaciones comerciales peruanas debían privilegiar La Comunidad Andina y América Latina. Humala entiende ahora que de su experiencia de APEC en Hawái a la más reciente en Moscú no hay sino un paso: la de abrir al Perú a los mercados del mundo, sin restricciones políticas ni ideológicas”.

En este punto, el columnista también se equivoca. Revisemos datos. Como sabemos, el comercio del Perú ha crecido sostenidamente en los últimos años: de US$ 6,970 millones en 2001 a US$ 44,381 millones en 2011. El año pasado, los países de UNASUR se mostraron como un mercado interesante para el Perú:

Porcentaje del total de exportaciones Perú 2011


Total de exportaciones peruanas - 44.381 (millones)
Unión Europea             18,16%
EE. UU.                      12,46%
China                         15,33%
UNASUR                     14,87%

 

Crecimiento de exportaciones peruanas en 2011 a los bloques comerciales
Unión Europea              +32%
EE. UU.                        –1%
China                          +26%
UNASUR                       +33%

 

Por otro lado, las exportaciones hacia los países de la UNASUR están más diversificadas que a los otros destinos. El Perú exporta 3,643 partidas arancelarias, es decir, el 52% del total de productos a esta región, mientras que a la UE el 25%, a China un poco menos del 5% y a EE. UU. el 31% del total de productos posibles a exportar. Pero además, cuando exportamos a EE. UU., el 60% está conformado por productos tradicionales (materias primas) y a la China el 95% son también materias primas. A ello habría que añadir que las exportaciones tanto a EE. UU. vienen cayendo desde hace varios años (en un 2%) como a la UE (1%), a diferencia de las exportaciones con los países de UNASUR que crecieron un 11% en estos años. Tampoco debemos olvidar la crisis y la recesión europeas, el débil crecimiento de los EE. UU. y el “enfriamiento” de la China, por lo que podemos concluir que a este planeta maravilloso no le va tan bien y que a los que podemos llamar “extraterrestres”, es decir, a los países de UNASUR, no les va nada mal. Nuestra región crece en medio de la crisis mundial.

En realidad, la propuesta de Paredes Castro (o de la derecha) que se resume, como él mismo dice, en dejar de lado esta “aventura ideológica tercermundista”, es más de lo mismo: una política exterior que consolida el modelo primario-exportador del país y que nos subordina a las grandes potencias y a las transnacionales. Es, por tanto, una propuesta antiintegracionista que reduce la política exterior a relaciones meramente bilaterales, como es el caso de los TLCs. Por tanto, no es extraño que el periodista opte por la OEA y no por UNASUR.

Valter Pomar, dirigente del PT Brasileño, ha señalado en un artículo que “la integración es el principal divisor de aguas en el debate político de la izquierda en América Latina y el Caribe” (Nueva Sociedad N.o 234). Tiene razón. Una política exterior progresista debe tener como puntos principales reactivar La Comunidad Andina, promover la integración económica y física de la región, y la unidad política de los países de UNASUR. Por eso, creo, debemos “desChilenizar” nuestra agenda externa y terminar de romper con una política que nos ata al Consenso de Washington. Es decir, mirar más a estos “extraterrestres” que son nuestros vecinos.

___________

* Parlamentario andino.

La Primera, Lima 16-09-2012

 

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