El conflicto social
El conflicto social
Por: Johnny Montalvo Falcón
La “Teoría del Conflicto” surgió en la década de los sesenta del siglo pasado y constituyó una respuesta a las tesis liberales de Talcott Parsons sobre la acción social. En general, para entender cualquier lógica del “conflicto social” siempre los sociólogos han tenido que leer a Max Weber, Talcott Parsons, Charles Wright Mills y Lewis Coser, entre otros científicos sociales. Las líneas maestras de sus investigaciones concluyen que todo conflicto social supone la contraposición de intereses en juego que si siguen una fase de “escalada” promueven el “cambio” que en cualquier caso se realiza contra “intereses establecidos”. La diferencia entre quienes continúan la lógica del conflicto establecida por Karl Marx y su “Lucha de Clases”, y quienes tienden a que prevalezca “la paz social” o el “Orden social” en base a procesos de cambio que podrían ser institucionalizados observando a todo conflicto como un factor contrario al orden y la legitimidad o como una “anomia social” que explicaría la profundidad de los conflictos, es la importancia vital que se da a cada uno de los focos principales de atención de cada teoría. En las corrientes sociológicas de izquierda que tienen su base fundamental en la Escuela de Frankfurt y el estructural funcionalismo norteamericano predomina el conflicto como componente de un proceso de cambios de la sociedad en su conjunto (en realidad sólo es una elaboración más profunda de la clásica tesis de Marx sobre la lucha de clases y la dialéctica de los procesos de cambio en la Historia). Parsons, Mills y Coser sobre todo, observaran que la lógica de los conflictos no necesariamente llevan a la transformación de la sociedad ya que cada época o sociedad busca un “consenso de valores” sobre los que está cimentada la famosa legitimidad weberiana. El “orden social” se consigue a través de la permanente transformación o sustitución de esos valores de consenso que evitan que los individuos entren en guerra “los unos contra los otros” como se establece en el estado de Naturaleza de Hobbes.