Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
El alcalde de Lima, Jorge Muñoz Wells, informó hace unos días —a través de los medios de comunicación— acerca de sus primeras cuatro semanas de gestión y anunció su determinación de explicar a la población, en forma permanente y fluida, los avances de su administración. Se trata de una inusual muestra de la ansiada "transparencia" que debe de caracterizar a las diversas instancias del Estado. Sus palabras en la ceremonia de su juramentación han definido un estilo diferente de trabajo: “…Me comprometo a servir a los ciudadanos de Lima con energía, eficiencia, compromiso y, sobre todo, integridad... Por mi familia, me comprometo a ser un alcalde decente”. Vocablos inverosímiles de escuchar en otros tiempos, cuando el latrocinio, las edificaciones sobrevaluadas, la prepotencia y la arrogancia simbolizaron la dirección de la comuna limeña.