El sótano de la igualdad
El sótano de la igualdad
Alberto Sierra (*)
Durante cientos de años, la mujer ha sido discriminada y relegada a un segundo plano. Obligada a criar a los hijos y satisfacer a sus maridos. El dormitorio y la cocina eran los espacios reservados para ella. Pero también es cierto que el hombre quedaba relegado, en el plano emocional, al sótano; en la más absoluta soledad.