El mundo podría padecer un siglo de sequía, advierten investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, de los Estados Unidos.
Beverly Law, quien condujo el estudio, recuerda que durante la sequía que se inició a principios del siglo los bosques se secaron, las cuencas hidrográficas se quedaron sin recursos, la productividad agrícola se redujo y la captura natural de carbono en la atmósfera disminuyó a la mitad en todo el oeste de Estados Unidos, Canadá y México.
Subrayó que ese fenómeno fue “un enorme descenso", en declaraciones a la revista Nature Geoscience, y agregó que “si las emisiones mundiales de carbono no bajan, el futuro será aún peor".
La investigadora prevé graves consecuencias ambientales, pues los pronósticos de precipitaciones bajas y la sequía más extrema significan que el sumidero de carbono podría desaparecer, lo que podría aumentar el calentamiento global y dañar los ecosistemas.
"Las áreas que ya están secas se secarán aún más", explicó Law y pronostica un empeoramiento de las condiciones. "Esperamos más extremos. Y son estos periodos extremos los que realmente pueden causar daños a los ecosistemas, conducir a la desaparición de bosques inducida por el clima y pueden convertir algunas áreas en matorrales o pastizales", señaló.