La transmisión de datos por medio de conexiones inalámbricas no seguras puede redundar en el robo de información sensible.
Con millones de puntos de acceso Wi-Fi privados o públicos alrededor del mundo, los usuarios pueden conectarse a Internet desde casi cualquier lugar a través de sus teléfonos inteligentes y sus equipos portátiles. Sin embargo, utilizar una red inalámbrica insegura podría causar problemas de diversa índole entre los que se destacan el robo de archivos personales o de credenciales de acceso a bancos, redes sociales u otros servicios. Por tal motivo, con el objetivo de colaborar con los usuarios en el armado y configuración de redes Wi-Fi seguras, la empresa ha puesto a disposición su Guía de Seguridad para redes inalámbricas.
“De acuerdo a una encuesta realizada por ESET Latinoamérica, el 36.5% de los usuarios afirmó conectarse a cualquier red inalámbrica sin importar si la misma es de confianza o cuenta con las medidas de seguridad básicas para la transmisión segura de datos. Esto permite reflexionar sobre dos cuestiones: la primera, la necesidad de realizar una correcta configuración de nuestras redes privadas para evitar intromisiones indeseadas; la segunda, la falta de información de la comunidad en general sobre los riesgos que pueden implicar este tipo de acciones”, declaró Sebastián Bortnik, Gerente de Educación y Servicios de ESET Latinoamérica.
Cuando se trata de emprender el armado de una red inalámbrica hogareña, es fundamental configurar los parámetros de seguridad del router a través de un equipo con cable, modificar las credenciales de acceso configuradas por defecto en el dispositivo, asignar una contraseña de acceso a la red y configurar el tipo de cifrado - siendo el más recomendable el protocolo WPA2.
Por otra parte, a la hora de utilizar una red perteneciente a un tercero, sea de carácter privada o pública, los especialistas de ESET Latinoamérica recomiendan:
1- Implementar una solución de seguridad integral, como ESET Smart Security, que incluya detección antivirus y firewall.
2- Preferir el uso de redes inalámbricas protegidas con una contraseña WPA/WPA2. WEP es un método de protección vulnerable que debe evitarse.
3- Si se va a utilizar algún servicio que requiera de usuario y contraseña como redes sociales o correo electrónico, cerciorarse que el sitio utilice HTTPS y que posea un certificado válido.
4- Evitar el uso de redes Wi-Fi públicas que no posean un método de protección adecuado. En caso de ser imprescindible, no utilizar servicios que requieran de información sensible para funcionar.
5- Cuando se conecta a un Wi-Fi público o desconocido, seleccionar siempre “Red pública”. De ese modo, Windows establece una configuración más estricta con respecto al uso compartido de archivos e impresoras.
“La tecnología inalámbrica sin dudas facilita la vida cotidiana de las personas, permitiendo que los usuarios ya no dependan de un cable para poder utilizar servicios en Internet. No obstante, esta tecnología también permite a terceros interceptar la información que el usuario transmite de forma más sencilla que en redes cableadas, cuestión a la que se suma la extensa cantidad de redes Wi-Fi públicas e in¬seguras. Por eso es importante que los usuarios tomen conciencia de esta problemática e implementen buenas prácticas para proteger la seguridad de la información”, concluyó Bortnik.
Para acceder a la Guía de Seguridad en Redes Inalámbricas de ESET Latinoamérica puede visitar: http://www.eset-la.com/pdf/documento_guia_de_wifi.pdf