Por Elena Shipílova
El director general de Yota Devices, Vladislav Martínov, nos habla de la aparición del primer teléfono inteligente ruso, de sus mercados prioritarios y de la relación de los usuarios con el producto “Made in Russia”.
Vladislav Martínov, director general de Yota devices. Fuente: PressPhoto
¿Cómo surgió la idea de fabricar un teléfono con dos pantallas?
Hace tres años decidimos ponernos a prueba y fabricar un dispositivo que no se pareciese a ningún otro, porque sabíamos que para tener éxito en un mercado dominado por los fabricantes coreanos y norteamericanos, nuestro teléfono tendría que contar con unas ventajas exclusivas.
Empezamos a estudiar los problemas con los que se encontraban los usuarios de teléfonos inteligentes y redactamos una lista. El principal resultó ser el alto consumo de energía y el elemento que más energía consume del teléfono es la pantalla LCD.
Al principio buscamos la forma de sustituirla, pero nos dimos cuenta de que no era necesario “inventar el fuego”; lo único que hacía falta era añadir al smartphone una pantalla más económica de tinta electrónica, como las que se utilizan para los libros electrónicos, que se pudiera convertir en pantalla principal. En condiciones de uso intensivo, esta pantalla aseguraría al aparato una autonomía entre tres y cuatro veces mayor de lo habitual.
¿Cuáles son sus mercados prioritarios?
Espero que nuestros teléfonos consigan una buena demanda en todas partes. Evidentemente, hay mercados donde los smartphone son especialmente valorados.
Hablo de Norteamérica, los países europeos desarrollados y América Latina, sobre todo Brasil. Y también está la región Asia-Pacífico, donde el volumen de ventas no es tan significativo.
Nosotros vamos a centrar la atención en Rusia como primer grupo, por ser el mercado nacional. El segundo grupo de interés lo conforman solo unos pocos países, entre los que se encuentran Australia y Singapur. Por cierto, en este último país hemos abierto una oficina recientemente.
Se rumorea que el dispositivo saldrá a la venta en EE. UU. antes que en Rusia…
Eso no es cierto. El teléfono estará disponible en el mercado ruso a lo largo de este año. La expansión internacional dependerá de cómo se desarrollen las negociaciones con los operadores de telecomunicaciones globales.
Saldremos al mercado extranjero a través de ellos. Ya estamos negociando con los veinte operadores mundiales más importantes, que están presentes en más de cinco o diez países. Serán sus prioridades las que marquen nuestro rumbo. Ellos saben mejor cuáles son las posibilidades de nuestro producto en cada mercado. Precisamente por eso hemos elegido este esquema de distribución.
¿Cómo reaccionan sus posibles socios al saber que este smartphone es un producto “made in Russia”?¿No dudan de su calidad?
Con el modelo actual de distribución del trabajo cuesta afirmar que el teléfono es “made in Russia”. Por lo que yo sé, ya no quedan dispositivos móviles en el mundo que no se monten en Asia.
Nosotros nos posicionamos como la empresa rusa a la que se le ha ocurrido la idea, ha elaborado el diseño y ha desarrollado el software. En cuanto a la estructura, tenemos ingenieros de hardware, con una experiencia de casi 20 años en Nokia, trabajando en nuestra oficina de Finlandia en el desarrollo de antenas. En la oficina de Singapur trabajan especialistas que antes trabajaban para Blackberry. Los responsables de ventas en Europa son antiguos empleados de Motorola. Así que tenemos un equipo internacional. Estoy seguro de que, con el nivel de globalización al que hemos llegado, esta es la mejor receta para el éxito.
¿Cuánta gente está trabajando en el proyecto?
No mucha, 55 empleados en plantilla y unos diez contratados.
¿Han decidido ya el número de teléfonos que sacarán en el primer lote?
Todo dependerá de lo que acordemos con los operadores. Creo que empezaremos con unas 20 000 o 30 000 unidades.
En su día la compañía Apple revolucionó el mercado de los teléfonos móviles con el lanzamiento del iPhone. ¿Os gustaría repetir su éxito?
Claro que nos gustaría [ríe]. Y creemos que es posible, porque el éxito de Apple se debió precisamente al a facilidad de uso del aparato. Demostraron que se podía gestionar una pantalla con el dedo mucho mejor que con un lápiz digital.
Sin embargo, en los últimos seis años no ha aparecido ninguna novedad en el sector a nivel mundial. Así que tenemos bastantes posibilidades de protagonizar la siguiente revolución.
Rusia Hoy, 23-05-2013