Autor: Paúl H. Castro García*
Desde que el presidente Alan García anunció públicamente hace tres años que se nombraría una Comisión que elaboraría un nuevo Código del Consumidor, las reacciones a favor y principalmente en contra no se hicieron esperar. Seríamos testigos de una encarnizada resistencia hacia la modificación de una norma (estaba vigente desde el año 1991 una Ley de Protección al Consumidor y recientemente al anuncio se había expedido un Decreto Legislativo que modificaba dicha ley), que los empresarios y sus abogados no veían con buen ojo.
Esta resistencia que el Dr. Walter Gutierrez la grafica con la excelente frase “la medida más exacta de una fuerza es la resistencia que es capaz de vencer” en su último post de su blog (ver: http://www.ciudadanosyconsumidores.pe/?p=598), no sólo se va a dar a través de los diversos medios de comunicación, sino además en el Congreso de la República y el ámbito académico.
Después de varias idas y venidas, el Poder Ejecutivo entregó dicho anteproyecto al Congreso de la República y luego de una discusión desigual entre los gremios empresariales y los consumidores organizados se logró aprobar dicha ley, la cual si bien es cierto recogió varias de las propuestas presentadas por la primigenia propuesta de la Comisión del Ejecutivo, quedaron en el camino muchas otras que no pudieron ser aprobadas debido a la lucha de los lobbies empresariales.
Ahora bien, tenemos una nueva ley que a mi juicio y coincidiendo con lo dicho por el actual congresista Jaime Delgado y el Dr. Gutiérrez, entre otras destacadas personalidades, es una de las más importantes normas de las dos últimas décadas, sin embargo aún queda mucha por hacer.
Uno de los principales aportes del Código del Consumidor ha sido la nueva visión que se le dá al Derecho del Consumidor y que aún muchos profesionales y los propios funcionarios de menor jerarquía en INDECOPI no terminan de comprender, esta nueva visión entiende que el Derecho del Consumidor no sólo resuelve el problema de información en que se encuentran los consumidores en el mercado si no también su falta de capacidad de negociación frente a practicas empresariales estandarizadas y lo que los economistas denominan el “oportunismo post-contractual”, avances que si bien es cieto tímidamente se encontraban en algunas resoluciones del INDECOPI, el Código del Consumidor las va a “positivizar” dándole a los consumidores garantía jurídica.
Asimismo, se pone de relieve al consumidor en las relaciones de mercado, en donde no es una variable más de las reglas que la regulan si no es el fin de la misma, es decir, pone las cosas en su sitio y en perspectiva, el mercado es un modelo económico, un intrumento, un medio que esta al servicio de la persona o el consumidor y por lo tanto no se puede sacrificar a la persona y su dignidad buscando el funcionamiento de dicho modelo económico.
Trae una serie de nuevos instrumentos que buscan resolver los conflictos entre proveedores y consumidores que deben ir implementandose y perfeccionándose (libro de reclamaciones, arbitraje de consumo, demandas por indemnización, etc.), se concibe al rol del INDECOPI no únicamente como una agencia de competencia que busca el buen funcionamiento del mercado, si no se que se le empodera como la autoridad nacional de protección al consumidor y en tal sentido sus funciones frente a los abusos cometidos contra los consumidores no solo deben ser reactivas sino principalmente proactivas, función que en los últimos meses se esfuerza por cumplir.
Queda ahora fortalecer a los consumidores organizados, porque individualmente solo podrán en casos excepcionales defender sus derechos, pero en aquellos abusos sistemáticos y que encierran un número considerable de consumidores, el consumidor individualmente no podrá hacer nada, y el INDECOPI como autoridad de consumo sólo podrá actuar en aquellos casos donde le llega la noticia. Nos falta también ir hacia un Código de defensa de los ciudadanos en los servicios del Estado, tal como lo mencionó en una última conferencia sobre capacitación a las asociaciones de consumidores, el Dr. Walter Gutierrez, esperamos que los congresistas, principalmente el congresista José Luna Galvez que ha mostrado en estos últimos tiempos un real interes en el tema, y el Poder Ejecutivo “la vean” y se pongan a trabajar en ello antes de aquellos otros temas que con buena intención buscan atacar problemas específicos de los consumidores pero que sólo son un paliativo y no abordan el problema principal.
Lo logrado en la práctica con el Código del Consumidor en sus dos años nos es mucho aún, pero se debe insistir en su implementación y no dejarse llevar por aquellas prédicas que gustan etiquetar con términos sus logros como “sobrerregulación”, “proteccionismo”, “intervencionismo” entre otros falsos epítetos, buscando socavar lo avanzado. En lo que todos estamos de acuerdo es que una economía de mercado es el modelo que históricamente ha funcionado para salir de la pobreza y el subdesarrollo como país, la discusión estaría en los matices de éste: o estamos en una economía de mercado a “secas” o estamos lo que nuestra Constitución Política de 1993 ha señalado: una economía social de mercado, en donde la persona es el fin supremo del Estado y el modelo económico llamado “mercado” es sólo un instrumento.
Estamos seguros que vendrán nuevos vientos favorables para los consumidores y que los empresarios terminarán por entender que la defensa de los consumidores hace sostenible su negocio, y tal como sucedió hace varias décadas en Brasil, cuando al principio calificaron la dación del Código del Consumidor como un atentado contra la economía de su país, hoy resaltan sus logros y como los ayudó a convertirse en más empresas más competitivas no sólo frente a la avalancha de importaciones que trajo la liberación de su mercado si no principalmente en el exterior cuando salieron a competir con sus exportaciones.
Feliz segundo aniversario del Código del Consumidor a todos los ciudadanos-consumidores del Perú.
*Abogado y profesor universitario
Presidente del CONACUP