Un informe publicado por ScienceDaily señala que en Europa se pierde hasta el 20% de los productos frescos, un 7.5% en supermercados y un 13% en manos de los consumidores.
El documento, elaborado por la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), indica que las causas del deterioro de los alimentos son las malas condiciones de almacenaje, los daños accidentales durante la cosecha y la falta de concordancia entre la oferta y la demanda.
La pérdida en las cadenas de distribución y supermercados, que alcanza aproximadamente a un 7.5% se debe a la degradación y a la expiración antes de tiempo de los productos.
No obstante, se considera que estas pérdidas no son irreversibles y se trabaja para la valorización de estos productos. Por ejemplo, en las instalaciones de fermentación los productos frescos dañados pueden ser transformados en energía y si el daño es menor, se pueden utilizar estos productos para fabricar otros como mermeladas, sopas, etc.
En cuanto a los consumidores, son responsables de la degradación del 13% de los alimentos. En el caso de las frutas, sólo por su aspecto echan la fruta a la basura, pese a ser comestibles. También se pierden los alimentos al no guardarlos en forma apropiada o con la temperatura adecuada.
Ante estos problemas, los científicos de la Universidad de Gante y la Universidad de Wageningen buscan reducir las pérdidas en frutas y hortalizas frescas, por lo cual desarrollan de modelos estadísticos que predicen la degradación y la seguridad de los productos frescos.
Sus modelos pueden ser aplicados para optimizar la planificación y logística de los procesadores de alimentos, transportistas y supermercados. Se deberá tener en cuenta el tamaño de los lotes producidos de alimentos, la cantidad de material y las condiciones de almacenamiento.