oncosaludSituación. María Malca camina con ayuda de su enfermera. Hace un año estaba en coma.

María Malca padece de cáncer al cerebro. Su esposo dice que dicha institución no cubrió su tratamiento a pesar de pagar un seguro.
Jesica León

Hace un año la abogada María Malca Espinoza se hallaba en estado de coma en el Instituto Nacional de Enfermedades  Neoplásicas (INEN). Lucía irreconocible, en medio de sondas que la ayudaban a respirar y alimentarse. Había perdido cabello, estaba pálida, no podía hablar ni mover sus extremidades. Un tumor al cerebro deterioró su salud.

Sin embargo, María, de 62 años, hoy está viva. Puede hacer sus actividades parcialmente con ayuda de su enfermera particular. Su esposo, el médico Fernando Román D'Alesssio, contribuyó en su recuperación gastando de sus propios recursos más de 120 mil soles a pesar de contar con un seguro oncológico de Oncosalud, que ofreció dar un tratamiento integral e ilimitado y con tecnología de punta.

El doctor Román D'Alessio denuncia que Oncosalud tiene cláusulas engañosas que no permiten la cobertura integral del tratamiento, aprovechándose así del desconocimiento de los pacientes.

Señaló, por ejemplo, que su esposa necesitaba recibir un medicamento llamado Temozolamida, ideal en su tratamiento de quimioterapia. Sin embargo, Oncosalud no contaba con esta medicina en ampollas sino en tabletas. La paciente no podía deglutir, por lo que necesitaba el medicamento vía endovenosa y no en pastilla.

QUIMIOTERAPIA

Para conseguir el medicamento en ampollas para la quimioterapia uno de los hijos de la familia tuvo que viajar a Chile y tramitar la autorización de ingreso ante la Digemid (Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas).

La familia de María Malca aseguró que era la obligación de Oncosalud conseguir la Temozolamida en el extranjero, pero las cláusulas indican que medicamentos que no se encuentran en el país no son cubiertos.

Oncosalud indicó a este diario que la Temozolamida no tiene autorización ni registro sanitario ante la Digemid en su presentación en ampollas, pero sí en tabletas que son comercializadas en el país, suministradas y por lo tanto cubiertas. "Esta situación fue informada al esposo de la paciente, ofreciéndole alternativas terapéuticas indicadas por los médicos especialistas, pero la familia optó por conseguir el medicamento en el extranjero", mencionó.

No obstante, Fernando Román D'Alessio aseguró que la Digemid no hizo problema al dar su autorización para permitir el ingreso del medicamento y que ese trabajo debió hacerlo Oncosalud y no ellos.

CAMBIO DE CLÁUSULAS

En los tres meses que duró su internamiento en el INEN, la abogada necesitaba contar con un tratamiento de terapia física para evitar las escaras en la piel, pero Oncosalud en su cláusula N° 3.2.4 indica que se brinda este servicio solo a pacientes con cáncer de mama.

La abogada recibía una alimentación artesanal cuando debía tener una alimentación farmacológica para mejorar su estado inmunológico, denunció Román.

Frente a estas carencias, la familia tuvo que contratar a médicos que contribuyeron con el tratamiento de María Malca Espinoza, gastando así miles de soles. De esta manera refirió que si María goza de calidad de vida es por ellos y no por Oncosalud.

"Oncosalud tiene cláusulas inhumanas, engañosas y crueles. No le conviene que el paciente viva por mucho tiempo para evitar gastar más", manifestó Fernando Román, quien es jefe de Servicio del Hospital Nacional Arzobispo Loayza.

Lo que ahora busca la familia es que Oncosalud cambie sus cláusulas para evitar que otro paciente con cáncer muera. "Si yo no tuviera conocimientos en medicina mi esposa se hubiese muerto a los pocos días", añadió Román.

Este caso está siendo denunciado por negligencia médica ante el Indecopi, Defensoría del Pueblo y la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), que sanciona con una multa de hasta casi dos millones de soles a establecimientos de salud públicos o privados cuando se trata de mala práctica médica.

Con información de La República, 16.02.2015