Repsol hace lo que le viene en gana. Actuó tarde y sin la debida diligencia por el derrame de petróleo en el mar de Ventanilla y reiteró que dicho desastre tuvo como causa un oleaje anómalo debido al volcán submarino que erupcionó en Tonga. Esto para eludir su responsabilidad y neglicencia. Ahora laMarina de Guerra del Perú desmiente tal afirmación de esta empresa.
El director general de Capitanías y Guardacostas (Dicapi), César Colunge, aseguró ante la Comisión de Pueblos Andinos que el derrame ocurrido el 15 de enero, durante el proceso de descarga a Refinería La Pampilla, no fue por efecto de algún fenómeno natural como los sostiene la empresa española.
“Fue un esfuerzo anormal producido posiblemente por una fuerza generada físicamente por el buque-tanque Mare Doricum, sumado a las condiciones de mantenimiento o fatiga del material del terminal. Esas habrían sido las causas del derrame de petróleo ocurrido el 15 de enero en Ventanilla. Esa es una conclusión, aunque las investigaciones no han concluido”, sostuvo Colunge. "No hay duda de que hubo un esfuerzo anormal entre el buque, la manga de conexión y la tubería de alimentación, lo cual provocó el accidente”, explicó.
Detalló que no ha sido producido por fenómenos naturales, sea de viento, corriente o altura de ola. "No hubo condición anómala o condición desfavorable del mar o del viento”, reiteró.
La falta de acción oportuna de Repsol evitó que la contaminación sea confinada y la mancha negra avanzó por la costa norte dañando agua, suelos, fauna, flora y dejando a miles de aves marinas con hambre, a las cuales se niega a asistir con alimento.