El aumento de los traslados por mar, la explotación de yacimientos y los turistas con drones, representan amenazas para la población de la ballena de Groenlandia, también conocida como ballena boreal, que habita en el mar de Ojotsk (norte de Siberia), comunicó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) de Rusia en vísperas del Día de las Ballenas, que se celebra el 19 de febrero.

 

ballena

 

Hace 20 años, en las áreas ribereñas de difícil acceso del mar de Ojotsk existía poca actividad económica, pero en los últimos tiempos allí proliferaron las compañías de pesca y empresas de procesamiento de pescado, se explotan más yacimientos de extracción de oro, etc., señalan los ecologistas.

"Los suministros para tales empresas se hacen por mar con el riesgo de derrames de combustible, sustancias químicas y explosivos. Por ejemplo, la compañía Polimetall, que efectúa la exploración de yacimientos de oro, el año pasado empezó a explotar uno sin considerar las recomendaciones de la opinión pública referentes a la seguridad ecológica del proyecto", informó el WWF ruso.

También reveló que en el golfo de Ulban, donde se concentran las ballenas jóvenes, empezó la construcción de una base de transbordo de cargas, por lo que aumentan el nivel del ruido y la probabilidad de choques entre barcos y ballenas.

Los turistas que van a ver las ballenas a menudo suelen acercarse demasiado o lanzar drones a baja altura, solo a un par de metros sobre el animal, mientras que la distancia aconsejable es de 50 a 100 metros, depende del tipo de ballena.

La experta del Instituto de Ecología de la Academia de Ciencias de Rusia, Olga Shpak, al mismo tiempo sostiene que los turistas podrían ayudar a los científicos, ofreciéndoles datos de sus observaciones y fotos.

En el mar de Ojotsk habita la más vulnerable población de las ballenas de Groenlandia, incluidas en el Libro Rojo como especie en peligro de extinción. De varios miles que existieron antaño hoy día han quedado de 300 a 400 ejemplares. Se supone que es la única población de ballenas que no abandona nunca las aguas rusas. El mar de Ojotsk es su única casa, señala el WWF de Rusia.

 

Con información de Sputnik