Por Humberto Campodónico
Es bastante conocido que en las Regiones de Ica y La Libertad los cultivos agroindustriales (sobre todo el espárrago) han tenido un desarrollo notable en los últimos años, aumentando el volumen y valor de las exportaciones, así como el empleo, tanto agrícola como en las actividades de procesamiento.
Poco se sabe aún, sin embargo, sobre la calidad del empleo en la agroindustria, lo que es de la más alta importancia para establecer cómo los beneficios de este auge exportador llegan a la población local. Pero una reciente investigación del Programa Laboral de Desarrollo (*) nos permite acercarnos a esa realidad.
La investigación de campo tuvo como base una encuesta aplicada en la Región Ica, donde el empleo total en el 2006 ascendió a 38,700 trabajadores, de los cuales 16,000 trabajan en el sector agrícola y 15,000 en el sector agroindustrial, es decir, el 80% del total. La encuesta fue aplicada a 600 personas, entre varones y mujeres, cifra ampliamente confiable y representativa. 80% fueron entrevistados en Ica y 20% de Chincha, donde se cultiva la mayor cantidad de espárragos de la región.
En cuanto a los salarios (que se rigen por la Ley de Promoción Agraria, LPA, y, por tanto, tienen menos derechos), los resultados "muestran un rango de variación muy amplio, entre S/. 14 y S/. 50 diarios, pero con una concentración muy marcada (70% del total) alrededor del valor del salario mínimo establecido por la LPA, de S/. 19.56 por día, lo que equivale a S/. 587/mes". Solo el 5.7% del total recibe más de S/. 20/día y el 25% restante recibe menos de S/. 19/día.
¿Qué relación tienen estos salarios con el nivel de pobreza? Según el INEI, la canasta familiar de la pobreza absoluta equivale a S/. 971/mes. De acuerdo a la encuesta, tenemos que 1.6 personas de la familia contribuyen al ingreso familiar, lo que nos da un ingreso de S/. 939/mes (587 soles x 1.6). En otras palabras, la mayoría de los que trabajan en el sector agrícola en Ica están por debajo de la línea de pobreza.
En cuanto a las condiciones de trabajo, "el 80.5% se encuentra en planilla, 81.4% han firmado contrato y a 75.9% le entregan copia de su boleta de pago cada mes, lo que representa un avance importante con respecto al 2000". Sin embargo, "el 71.2% de los que firmaron contrato y que firman recibos al recibir su pago, no reciben copia de su contrato y un 80.7% no recibe copia de las boletas de pago. Esto los invisibiliza como trabajadores: carecen de constancia de haber trabajado, de tener experiencia, no cuentan con nada que permita reclamar por tiempo de servicios, y por cierto, no reciben pago de utilidades de parte de la empresa".
La encuesta señala que existe discriminación, de un lado, a los migrantes que trabajan en el sector (30%) y, también, a las mujeres. Al momento de la encuesta no existían sindicatos de empresa "lo que se debe al temor a represalias como consecuencia de los intentos de organización, así como a la alta rotación de la mano de obra". Sin embargo, se han formado dos sindicatos en el último año, "lo que constituye un nuevo tipo de organización para esta activi-dad económica".
Para la OIT el trabajo decente tiene 4 componentes: empleo, protección social, derechos laborales y diálogo social. Dice Plades que, en su estudio, "cada uno de esos componentes —a fin de reconocer su mayor o menor grado de cumplimiento— es relacionado con una serie de indicadores que permiten medir la brecha de trabajo decente existente". El resultado, como hemos visto, es que el empleo agroexportador en Ica (una de las principales banderas para la firma del TLC con EEUU) está todavía lejos, bastante lejos, de ser decente.
(*) "El "boom" del espárrago: Un estudio sobre el "trabajo decente" en Ica" www.plades.org.pe
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