Entran los capitales privados, salen el Club de París y el FMI
Por Humberto Campodónico
Desde el 2002 en adelante, los organismos multilaterales y el Club de París se han convertido en receptores netos de divisas de los países en desarrollo. Según el Informe 2007 "Financiamiento Global para el Desarrollo" del Banco Mundial, en el año 2002 el flujo neto positivo para ellos fue US$ 12,100 millones, llegando a la impresionante cifra de US$ 75,600 millones en el 2006.
Por orden de importancia, en el 2006 quienes recibieron más de lo que prestaron (ver gráfico) fueron el Club de París con US$ 48,300 millones (también están aquí el Banco Asiático de Desarrollo y el BID), seguidos del FMI (US$ 25,100 millones) y el Banco Mundial (US$ 2,100 millones).
Hay varios factores explicativos de esta situación. El primero tiene que ver con el crecimiento de la economía mundial (por lo menos hasta el 2007), que mejoró los precios de los productos básicos que son exportados por la mayoría de los países en desarrollo (petróleo, minerales y productos agrícolas).
El segundo es el crecimiento de los países del grupo llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China), que está cambiando la geografía económica mundial. En estos países (así como en el Sudeste Asiático), el crecimiento va de la mano con un acelerado proceso de industrialización, lo que no es el caso para quienes también han tenido altas tasas de crecimiento (como el Perú) ligadas al acentuamiento del modelo primario exportador.
El tercero es el fuerte crecimiento del financiamiento de capitales privados (inversión directa e inversiones en bolsa), que pasaron de US$ 169,000 millones en el 2002 a US$ 646,000 millones en el 2006 (aumentaron casi 4 veces). También crecieron los préstamos de la banca privada y las emisiones de bonos soberanos, de US$ 6,300 a US$ 228,000 millones del 2002 al 2006, destacando los préstamos bancarios (US$ 112,000 millones en el 2006). Sin embargo, los préstamos de la banca privada ya no tienen el rol determinante de los años 70.
La consecuencia de esta reversión de los flujos de capitales ha sido un duro golpe para los ingresos financieros de los organismos multilaterales, sobre todo del FMI: "Los préstamos vigentes se redujeron de US$ 90,000 millones en el 2002-2003 a US$ 9,500 millones a fines del 2007" (FMI, Informe Anual 2007, www.imf.org). La explicación es simple: una gran cantidad de países prepagaron sus préstamos con el Fondo debido a su buena situación económica, pero, también, porque ya no quieren someterse a sus reglas.
Es el caso de los países del Sudeste Asiático (por los pésimos consejos del FMI en momentos de la crisis de 1997-98) y, también, de América Latina. En los últimos dos años, Argentina, Brasil, Uruguay y Ecuador prepagaron sus deudas. Actualmente, solo Paraguay y Perú tienen préstamos vigentes con el FMI. Hay que resaltar que Perú no usa ni un centavo de ese préstamo, pero lo mantiene para demostrar que "se porta bien" y no se va a apartar de las políticas ortodoxas.
Se ha dicho que estos cambios de tendencia en los flujos de financiamiento de los mercados de capitales son "estructurales" y, casi, "irreversibles". Habrá que ver qué sucede ahora que la recesión económica de EEUU está en marcha, lo que tendrá impactos diversos en los países, afectando más a los que dependen de los precios de las materias primas que a quienes han avanzado en el proceso de industrialización.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
Hay varios factores explicativos de esta situación. El primero tiene que ver con el crecimiento de la economía mundial (por lo menos hasta el 2007), que mejoró los precios de los productos básicos que son exportados por la mayoría de los países en desarrollo (petróleo, minerales y productos agrícolas).
El segundo es el crecimiento de los países del grupo llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China), que está cambiando la geografía económica mundial. En estos países (así como en el Sudeste Asiático), el crecimiento va de la mano con un acelerado proceso de industrialización, lo que no es el caso para quienes también han tenido altas tasas de crecimiento (como el Perú) ligadas al acentuamiento del modelo primario exportador.
El tercero es el fuerte crecimiento del financiamiento de capitales privados (inversión directa e inversiones en bolsa), que pasaron de US$ 169,000 millones en el 2002 a US$ 646,000 millones en el 2006 (aumentaron casi 4 veces). También crecieron los préstamos de la banca privada y las emisiones de bonos soberanos, de US$ 6,300 a US$ 228,000 millones del 2002 al 2006, destacando los préstamos bancarios (US$ 112,000 millones en el 2006). Sin embargo, los préstamos de la banca privada ya no tienen el rol determinante de los años 70.
La consecuencia de esta reversión de los flujos de capitales ha sido un duro golpe para los ingresos financieros de los organismos multilaterales, sobre todo del FMI: "Los préstamos vigentes se redujeron de US$ 90,000 millones en el 2002-2003 a US$ 9,500 millones a fines del 2007" (FMI, Informe Anual 2007, www.imf.org). La explicación es simple: una gran cantidad de países prepagaron sus préstamos con el Fondo debido a su buena situación económica, pero, también, porque ya no quieren someterse a sus reglas.
Es el caso de los países del Sudeste Asiático (por los pésimos consejos del FMI en momentos de la crisis de 1997-98) y, también, de América Latina. En los últimos dos años, Argentina, Brasil, Uruguay y Ecuador prepagaron sus deudas. Actualmente, solo Paraguay y Perú tienen préstamos vigentes con el FMI. Hay que resaltar que Perú no usa ni un centavo de ese préstamo, pero lo mantiene para demostrar que "se porta bien" y no se va a apartar de las políticas ortodoxas.
Se ha dicho que estos cambios de tendencia en los flujos de financiamiento de los mercados de capitales son "estructurales" y, casi, "irreversibles". Habrá que ver qué sucede ahora que la recesión económica de EEUU está en marcha, lo que tendrá impactos diversos en los países, afectando más a los que dependen de los precios de las materias primas que a quienes han avanzado en el proceso de industrialización.
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