Reducción de aranceles beneficia a unos sectores y perjudica a otros

puerto_callao_containers.jpgDebe darse a través de los TLC. Con esta nueva reducción se beneficiarán los exportadores de productos de metalmecánica, confecciones y joyería.

La reciente reducción de aranceles dispuesta por el Gobierno sin duda alguna traerá beneficios y hará más competitivo nuestro comercio exterior, pero al mismo dejará expuestos algunos sectores sensibles que podrían perjudicarse, manifestó Juan Varilias Velásquez, presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX).

En vista de ello, consideró que los exportadores prefieren que la reducción efectiva de aranceles se produzca a través de los acuerdos de libre comercio porque permiten coordinar previamente con cada sector productivo para que exponga su realidad, así como impulsar un cronograma de desgravación que mejor se adecúe a su situación. Así, el empresario sabrá cuándo y cuánto bajará los aranceles que los protegen.

Varilias manifestó que la globalización nos lleva a la desaparición de los aranceles, por lo que la industria nacional debe prepararse y acondicionarse a esa nueva coyuntura, sin embargo, lamentó la forma cómo se adoptó la medida pues no permite hacer un balance preciso entre el beneficio de la mejora de la competitividad y el costo de adaptación que tendrán que hacer muchos sectores que incluso habían hecho planes de inversión bajo las condiciones previas a diciembre del año pasado.

No obstante, resaltó que para los exportadores del rubro metal-mecánico, la eliminación de la tasa arancelaria a la importación de “plomo refinado” y “chatarra de plomo” ha sido positiva pues luego del cierre del Complejo Metalúrgico La Oroya tuvieron que adquirir el insumo del extranjero, encareciendo sus costos de producción. En junio del 2010, la ADEX pidió a PRODUCE adoptar esta medida.

El líder del gremio exportador, también se mostró satisfecho con la reducción a 0% de los aranceles a los minerales preciosos como el oro y la plata pues ello permitirá incrementar la producción joyera del país. El cobre, zinc y estaño también están inmersos en esta liberalización arancelaria. “En el caso peruano, no existen mayores problemas con la liberalización arancelaria de productos de origen minero o pesquero porque estos sectores tienen una productividad y competitividad alta”, subrayó.

Análisis

Un análisis de la gerencia de Estudios Económicos de la ADEX, detalla que en la nueva estructura arancelaria se cumplen las tres condiciones generales que se esperan de ella: escalonamiento según niveles de transformación del producto, bajas tasas y baja dispersión.

En términos generales, las materias primas y bienes intermedios tienen un arancel promedio de 1.3% (0.6% menos que en el arancel anterior) mientras que los bienes de consumo están gravados por una tasa promedio de 6.3% (2.8% menos). Los bienes de capital, por su parte, no están sujetos a obligaciones arancelarias. Este es un escalonamiento que promueve la competitividad.

Cabe resaltar que, mientras las materias primas importadas por el agro tienen un arancel promedio de 0.2%, las importadas por la industria están afectas en un 3.7%. Esto se debe a que dentro de los insumos y bienes intermedios que utiliza la industria hay producción local que es protegida con un arancel de 6%, en tanto que los bienes intermedios que no se producen en el país tienen un arancel 0.

Exceptuando el caso particular del cemento cuyo arancel se mantiene en 12% por una resolución del Tribunal Constitucional, el nuevo arancel peruano contempla 3 tasas arancelarias: 0, 6% y 13%; a diferencia de los niveles de 0, 9% y 17% anteriores.

De un universo de 7,380 partidas arancelarias, 3,979 están relacionadas con un arancel cero desde la estructura anterior. De las 2,609 partidas que anteriormente estaban gravadas con un 9%, 120 han quedado libres del pago de aranceles y 2,489 partidas están con un arancel de 6%. Por otro lado, anteriormente existían 792 partidas con un arancel de 17% que ahora están afectas por un arancel de 13%, es decir han sufrido una rebaja arancelaria de 4 puntos porcentuales.

Finalmente, con la poca diferencia entre el arancel promedio de los bienes intermedios y de los bienes finales, el MEF nos señala que no quiere que la diferencia arancelaria sea, de por sí, un factor que influya en la rentabilidad de los negocios. Usualmente, cuando la diferencia entre ambas tasas es alta, se promueve la industria del ensamblaje, de la mezcla y el envasado, etc. que es una industria que puede migrar fácilmente buscando mejores condiciones arancelarias.

El riesgo de este criterio es que en determinados casos se puede generar una protección efectiva negativa en el que un producto final se grava con un arancel bajo en tanto que los insumos que utiliza tienen un arancel alto. Tales casos solo pueden ser detectados por los sectores industriales específicos; y el MEF debería estar dispuesto a atenderlos.