Crecimiento e inflación: la cuadratura del círculo
Por Humberto Campodónico
La economía internacional está viviendo un aumento de la inflación, en medio de una fuerte crisis financiera que amenaza con una recesión en EEUU y, también, buena parte de los países europeos. El Jefe de la Reserva Federal, Ben Bernanke, optó por usar el grueso de sus municiones contra la crisis financiera, motivo por el cual bajó la tasa de interés hasta el 2%.
Al hacerlo, perdió el arma fundamental para combatir la inflación, que fue 1.1% en junio, lo que equivale a una tasa anualizada de 5%. En el Perú, el dilema es distinto, pues existe un fuerte crecimiento económico. Pero, al igual que en EEUU, la inflación es fuerte (5.7% anualizada). Y, si no hubiera Fondo de Estabilización de Precio de los Combustibles, la inflación sería 2% superior (por lo menos).
Así, la discusión actual en el seno del gobierno gira alrededor de saber cómo hacer para combatir la inflación sin detener el crecimiento económico. Y pareciera que, con el correr de los días, se van generando reacciones, y posiciones, encontradas.
Para algunos, la cosa se presenta así: la demanda interna en el I Trimestre del 2008, con respecto al 2007 creció 17% en soles corrientes (sin descontar la inflación), cifra superior al crecimiento del PBI, lo que ha continuado en los meses posteriores. El problema sería el Sector Público, que creció 23%, cifra superior al 16% del Sector Privado. La conclusión es obvia: hay que meterle hacha al consumo público (gasto corriente) y, también, a la inversión pública (que creció 85%, cifra espectacular).
La cuestión es que el Sector Público solo representa el 11.7% de la demanda interna, y recién se viene recuperando de varios años de postración. Recordemos que la inversión pública se redujo fuertemente desde el 2001, pues se le utilizó como "variable de ajuste" del déficit fiscal. Hoy, es indispensable esa inversión en infraestructura, mejorando la composición y calidad del gasto, lo que incluye la reforma de la ley del canon. De otro lado, es prioritario mantener el gasto en Bienes y Servicios para atender a la población en los servicios de salud y educación, principalmente.
El 88.3% restante de la demanda interna restante corresponde al consumo privado (67.4%) y la inversión privada (20.9%). Así las cosas, otros dicen que si de veras se quiere parar (o disminuir en algo) el crecimiento, los focos debieran dirigirse al aumento del consumo privado (por ejemplo, al explosivo crecimiento de las tarjetas de crédito).
También debiera mirarse el fuerte aumento de las importaciones (componente de la demanda global; no se muestra en el cuadro), que se debe en parte a la inconsulta rebaja arancelaria de Carranza dizque para combatir la inflación, cosa que no ha logrado. Por tanto, parte de la agenda debiera ser derogar la rebaja arancelaria a los bienes de consumo (debe quedar la de Bienes de Capital no producidos en el país).
¿Cuáles serán entonces las decisiones de política económica, monetaria y fiscal? Eso está por verse. Lo que sí se sabe es que el presidente García ha dicho que él dirige la política económica, que "tenemos una economía sana, fuerte y blindada que debe seguir creciendo", que "el país no debe preocuparse por el aumento de la inflación" y que "el BCR sabrá modular, sin poner en riesgo el crecimiento, todo aquello que debe hacerse". ¿Cómo resolver esta cuadratura del círculo?
¿Qué hará el ministro Valdivieso, que parece estar formando su equipo a imagen y semejanza de su experiencia en el FMI, lo que implica fobia al gasto y la inversión pública? ¿Y qué hará Julio Velarde, presidente del BCR, que acaba de declarar que no se puede seguir creciendo al 10%, porque eso alimenta la inflación? Queda claro que la discusión es de fondo, sobre todo después de la protesta del 9 de julio. El resultado lo sabremos el 28 de julio, a más tardar.
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