Alan escucha, la leche no se toca

por Humberto Campodónico

La multitudinaria manifestación de madres defendiendo los recursos del Programa del Vaso de Leche puede considerarse como la primera, y masiva, respuesta de la población pobre a la tentativa del nuevo ministro de Economía de "reasignar los montos presupuestales". Si bien la manifestación se dirigió a la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros en Miraflores su verdadero destinatario es el MEF del jirón Junín.

Las pérdidas en el camino del Vaso de Leche (en porcentajes)


Los recursos del Vaso de Leche a las municipalidades han permanecido estáticos en S/. 363 millones del 2005 al 2008. O sea que se reparte una menor cantidad de leche per cápita, pues la población ha aumentado. Sin embargo, el presupuesto total de la República en ese lapso ha aumentado en 50%, pasando de S/. 47,000 a 71,000 millones.

El argumento "técnico" es que el Programa tiene numerosas "filtraciones" pues solo el 29% de los recursos estaría llegando a los destinatarios finales "focalizados. Es lo que dice un estudio del 2003 de la consultora APOYO, "Las Pérdidas en el Camino. Fugas en el Gasto Público" (Lorena Alcázar, José López y Eric Wachtenheim) que, hoy, en el 2008, sigue siendo la justificación para la "reforma" del vaso de leche. La cuestión es que cuando se lee este estudio con detenimiento, la conclusión es muy distinta.

Las 4 primeras columnas del gráfico muestran que las "filtraciones" desde que sale la plata del Tesoro hasta que llega al Comité de Madres del Vaso de Leche (CMVdL) son mínimas: 2,66% (aunque siempre se puede mejorar). Una de las causas, dice Apoyo, es que "algunos municipios no tienen presupuesto para gastos operativos, por lo que tienen que desviar fondos para cubrirlos, lo que no constituye acto de corrupción" (p. 65).

También hay "filtraciones" desde el CMVdL al Hogar, que llegan a 26% (de 97,3 a 71,3%). Dice Apoyo que aquí hay problemas de medición. Además, a veces el CMVdL da raciones a personas que no son directamente beneficiarias, en la lógica de ayudar al prójimo y extender la leche hasta el infinito. ¿Quién podría criticar a las madres por hacer esto? Además, ¿por qué no se considera lo que las madres aportan de su bolsillo en combustible, utensilios de cocina, local donde funcionan y horas de trabajo? No todo son "pérdidas en el camino", también hay aportes que deben contabilizarse.

El mayor nivel de "filtración" de 71,3 a 29,2% se produce ya dentro del hogar de la familia pobre. ¿Por qué? Porque la madre le da leche no solo al "beneficiario individual" que establece la Ley (niños de 0 a 6 años y madres embarazadas y lactantes), sino también, por ejemplo, al hermanito de 8 años y al abuelo jubilado. Ah no, eso es una "filtración".

El problema está, entonces, en el método de la focalización, que dice que "solo el 29.2% se reparte sin filtraciones". Este absurdo enfoque tiene un error metodológico gigantesco ¿Por qué? Porque la familia debe ser la unidad principal de análisis para el estudio de la pobreza en el sentido que todos los individuos dentro de un hogar parten con el mismo stock de activos y la función de utilidad se maximiza en conjunto. Y no a partir de cada "beneficiario individual".

¿Por qué el gobierno sí focaliza el vaso de leche y no hace lo mismo, por ejemplo, con la rebaja arancelaria de Carranza que, solo en el 2007, significó menores ingresos tributarios por S/. 1,450 millones? ¿Por qué no se focaliza la rebaja en las empresas que tienen menos capital de trabajo y utilidades, en lugar de repartirla "universalmente", beneficiando también a las empresas que están boyantes?

¿Por qué el Fondo de Compensación de Precios de los Combustibles, que cuesta S/. 3,000 millones anuales (10 veces más que el vaso de leche) beneficia también a las grandes empresas mineras que usan diésel? ¿Por qué aquí no se focaliza? ¿Será porque este es el gobierno de los ricos?

Las madres del vaso de leche tienen razón: ahora que la inflación sube no se debe recortar ni un centavo del ya magro presupuesto del vaso de leche, sobre todo cuando las empresas nadan en utilidades y el Estado aumenta la recaudación (la que debería ser mayor si se cobrara el impuesto a las sobreganancias mineras). Eso es lo que le han dicho ayer al ministro Valdivieso y al premier Del Castillo. Y a Alan García.

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