A diferencia del banco Lehman Brothers, que se le dejó quebrar, AIG, la mayor empresa aseguradora del mundo, fue salvada de la bancarrota por el gobierno de Bush, con un gigantesco crédito de 85 mil millones y una participación del estado de 79.9% de su capital, que incluye el derecho a colocar una nueva gerencia.
Edward Liddy sería el nuevo director general, en lugar del actual Robert Willumstad, según especulan en los medios financieros. En el cargo sólo desde junio, Willumstad tenía una breve permanencia en la presidencia de AIG.
Esta es la segunda vez que la Reserva Federal rescata a una empresa financiera privada, con fondos públicos por temor de que su quiebra genere más caos y perjuicios en los mercados financieros, en una economía que se está mostrando inestable.
Voceros de AIG aseguraron que cancelarán el crédito en su totalidad en dos años y medio, dependiendo de las condiciones del préstamo, para lo cual venderán parte de su patrimonio.
La Fed prestó a AIG el dinero tras su crisis de liquidez ocasionada por el derrumbe del mercado de las hipotecas de alto riesgo (subprime, también llamadas hipotecas basura) y la contracción del crédito.
Con la inyección de dólares el gobierno federal adquiere el 79.9% de las acciones de AIG y el derecho a cambiar la totalidad de su alta gerencia, pese a tener un excelente y sólido estado de cuentas.
Tan sólo el 7 de septiembre el gobierno intervino los bancos hipotecarios privados Fannie Mae y Freddie Mac. El Departamento del Tesoro indicó que estaba dispuesto a invertir con el tiempo y si fuera necesario 100.000 millones de dólares en cada uno para evitar su quiebra.
Algunos analistas aseguran que el respaldo implícito a estos bancos condujo a su caótica situación, pues realizaron operaciones irresponsables y riesgosas seguros de que el gobierno saldría en su ayuda de suceder lo peor.
Entre las consideraciones aducidas por la Fed para intervenir en la AIG están el temor de que su quiebra abrupta ponga en serio peligro la a los débiles mercados financieros y a la economía de Estados Unidos, además de la global. También indicaron que buscan evitar el encarecimiento excesivo del dinero comprado a crédito, que se reduzca el patrimonio familiar y que se debilite más la economía, según la Fed.