¡El ladrón roba nuestra casa y debemos calmar sus apetitos dándole más concesiones!
Es lo que ha vuelto a predicar la felipilla ministra de Comercio Exterior y Turismo, al tratarse de las relaciones bilaterales entre el Perú y Chile, y la llegada de empresarios chilenos al mismo Palacio de Gobierno, en una franca actitud de burla, desprecio y humillación a la nación del presidente Alan García. La ministra Mercedez Araoz declaró que en vista de que hay tensión entre ambos países, hay que procurar la distensión aumentando las relaciones comerciales entre los dos países.
Por supuesto, la ministra no menciona que esas relaciones comerciales implican políticas entreguistas y serviles ante los chilenos y que son perjudiciales para la economía nacional, como lo decimos en numerosos artículos en nuestra revista, suscritos además por personas entendidas como el economista y profesor de la Universidad Católica Alan Fairlie.
Tampoco señala que las tensiones no las ha comenzado el Perú, que nunca ha usurpado ni robado nada a sus vecinos.
Es decir, además que Chile usurpa y roba tierra, mar y propiedad como el pisco y otros, y no sólo eso, sino que aumenta la tensión amenazando con hacer la guerra al Perú, la ministra quiere correr a calmar a los delincuentes poniendo nuestra economía al servicio de Chile.
¿Cuánto han pagado a la ministra para esta prédica depravada? ¿Qué ejemplo están recibiendo nuestros niños y jóvenes? ¿Aprenderán que cuando los delincuentes los amenazan se verán obligados a entregar más de lo que les quieren arrebatar?
Una vez más vemos que la política de este gobierno recorre retorcidos conductos tramados por perversas, corruptas y dementes personalidades.
