Innovación, es la palabra clave que garantizará a las pequeñas y medianas empresas (Mypes) ingresar a los mercados internacionales y vender a un mayor precio los bienes y servicios que produce.
Esa es la conclusión principal que dejó la lIII Cumbre Internacional de Comercio Exterior, que llevó por lema, “La internacionalización empresarial: de la oportunidad a la realidad”, que realizó la Cámara de Comercio de Lima con la participación de destacados especialistas de Estados Unidos, España, Bélgica, México, Holanda y de nuestro país.
“Muchos países que antes fueron pobres y hoy son potencias gracias a la innovación. Porque no es un eslogan ni una moda, “es una condición fundamental para mejorar la competitividad”, remarcó la CCL.
Caso chileno
Desde el año 2005, a través de “Innova Chile”, organismo del gobierno chileno que se encuentra bajo la dirección de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), el país sureño viene promocionando el proceso de innovación a nivel país, participando no solamente las empresas sino también las universidades, los institutos tecnológicos y los emprendedores de nuevas ideas de negocios.
Los recursos asignados en el 2008 al Fondo de Innovación de la Competitividad (FIC) de Innova Chile superaron los 100 millones de dólares, financiados principalmente con el canon de la minería.
Con este fondo se ha ido desarrollando diversos programas que impulsan la innovación de las PYMES.
Asimismo a partir de este año se ha implementado el crédito tributario a la inversión en investigación y desarrollo, por lo cual se puede deducir como crédito fiscal contra el impuesto a la renta hasta un 46%, es decir de cada 100 dólares invertidos en investigación y desarrollo, 46 dólares serán considerados como gastos de la empresa para fines tributarios.
El camino de la internacionalización empresarial exige como pre requisito “estabilidad macroeconómica” condición necesaria aunque no suficiente para aspirar crecer a ritmo alto y sostenido.
El segundo tramo de este proceso, y más apegado a un concepto microeconómico, es pensar en una estrategia que nos permita consolidar este vigoroso crecimiento a través de la mejora continua de la competitividad, permitiendo a las empresas operar rentablemente.
Diferenciación garantiza mejores precios
Para crear o sostener estas ventajas competitivas es fundamental mejorar en dos aspectos: 1) incrementar la productividad total de los factores; y, 2) diferenciación del producto o servicio a fin de que el mercado premie el esfuerzo empresarial a través de un mayor precio.
Hoy en día se habla de “mentefactura” más que de "manufactura", que involucra el capital intelectual. Países como Korea, Taiwán, Singapur y Hong Kong son ejemplos de esta nueva tendencia mundial, pues el común denominador de estas economías es que no cuentan con recursos naturales, pero si abundan en capital humano altamente especializado.
La clave para lograr esta especialización y la consiguiente mejora en la competitividad se basa en las “tres i”: instituciones, infraestructura e innovación.
A nivel empresarial la competitividad no debe entenderse como una lucha encarnizada por ganar mercado, el nuevo paradigma se basa en una competencia cooperativa lo que hoy conocemos como asociatividad.
Las empresas peruanas exitosas en la actualidad que han ido por el camino de la internacionalización, en especial las pequeñas y medianas (Pymes), aplicaron este nuevo enfoque empresarial.
Asociatividad más Complementariedad es un binomio que asegura el éxito de las Pymes. La primera para aumentar la oferta exportable permitiendo ingresar a nuevos nichos de mercado y la segunda para adicionar valor agregado y especialización en la cadena productiva.