estadistica alzaAutor: Jhon Valdiglesias Oviedo*

 

En 2014 la economía peruana solo creció 2.4%, lo que representa una abrupta caída respecto a los años previos cuando se estaba creciendo a tasas de alrededor de 6%. Esta caída muestra la incapacidad por mantener tasas razonables de crecimiento en un país donde las autoridades y la sociedad carecemos de metas y estrategias nacionales.

 

En la sociedad peruana el crecimiento económico no tiene la valoración que debería tener. Este tiene muchas implicancias no discutidas ni abordadas en su real importancia. En consecuencia, no se cuenta tampoco con la capacidad ni las metas para mantener altas de crecimiento.

 

Como ha sido afirmado por algunos académicos, el Perú nació como un país de ingreso medio, actualmente con casi 200 años de independencia seguimos siendo un país de ingreso medio. Por el contrario muchos países que en los años sesenta (periodo desde cuando se cuenta con data oficial del Banco Mundial), poseían un PBI per capia menor al peruano, hoy en día nos superan como los casos de los Tigres de Asia y algunos países de África también. La razón se debe a que estos países han sido capaces de mantener altas tasas de crecimiento por un largo periodo, así como capaces de hacer frente de situaciones de desaceleración económica.

 

Una característica de estos países es que cuentan con una clase política comprometida con metas nacionales de desarrollo donde el crecimiento económico es fundamental.

 

Por el lado de las estrategias están son diversas no existen dos países que usen exactamente la misma estrategias. Por el contrario, es más fácil observar la gran diferencia en cuanto a diversas estrategias que ha seguido cada país; pero donde se pueden identificar algunos factores comunes como consensos nacionales, pragmatismo, trabajo duro sin desviarse de las metas. Los cuales constituyen factores que se carecen en la sociedad peruana.

 

En el caso peruano nuestro crecimiento económico NO depende de una clase política ni una sociedad comprometida con metas nacionales. Sino de las fluctuaciones del mercado, específicamente del mercado internacional así como de la inadecuada implementación de la libración económica siguiendo un extremismo de la ideología del ‘Consenso de Washington’. En el caso de los países que más crecen hoy en día la liberación ha sido gradual y en función a sus metas nacionales. En el Perú la liberalización ha sido más radical que los países desarrollados y con una fuerte debilidad de nuestras instituciones.

 

En el ‘Consenso de Washington’ no hay lugar a una clase política. Por lo tanto, la tecnocracia económica que sigue en extremo esa ideología y actualmente gobierna el Perú, a través del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) considera la clase política como un factor irrelevante para el desarrollo económico. En los países que hoy en día crecen más las clases políticas no se reúnen cada vez que hay elecciones, sino tienen un trabajo permanente y diario de discusiones y reuniones con asesores, teóricos, técnicos y especialistas para afrontar metas nacionales de corto, mediano y largo plazo. Donde el éxito económico, hoy en día en términos de crecimiento económico, es justamente es la garantía de su legitimidad frente a su sociedad.

 

Por el contrario, en el caso peruano no contamos con una clase política ni partidos políticos fuertes. Frente a esta ausencia es el MEF quien dirige la política nacional siguiendo su enfoque radical del ‘Consenso de Washington’, donde no existen metas nacionales y el crecimiento económico debe ser reflejo de las fluctuaciones del mercado. Bajo este enfoque la desaceleración económica del 2014 y las que vengan es producto del libre mercado. Sin embargo, otros países de Asia y África están creciendo mucho más que la economía peruana. El mercado mundial tampoco se desacelero en 2014 como lo registras los organismos internacionales.

 

No es coincidencia que en el mundo en desarrollado América Latina y el Este de Europa fueron las regiones que abrazaron más rápidamente el ‘Consenso de Washington’. Por el contrario, en Asia y África la adaptación ha sido más lenta y gradual. Como consecuencia América Latina y el Este de Europa son regiones con mucho menor crecimiento a Asia y África. Ello a su vez sugiere que es mejor una liberalización gradual y en función a metas de crecimiento y desarrollo económico que una liberación radical, abrupta y sin metas.

 

El MEF ha sido catalogado por muchos críticos como institución con rol de “cajero”. Por tanto, es inadecuado que esta institución tenga el liderazgo de la política nacional. De otro lado, las demás instituciones del Estado, incluidos los poderes más importantes como el Ejecutivo y el Congreso al carecer de metas terminan subordinados al MEF y a su tecnocracia que dirige el país.

 

Una de las principales debilidades de nuestro sistema, por defecto, es la falta de previsión y de medidas de solución. Por ejemplo, en nuestro caso dado que nuestro crecimiento económico ha venido dependiendo de los precios de los minerales, debió tomarse las medidas necesarias para contrarrestar su caída. Hasta antes de la caída de los precios de los minerales veníamos creciendo a un promedio anual de 7%, tendiendo el sector minero como motor de crecimiento dado la demanda China por nuestros minerales. Paradójicamente dependíamos de la economía China; una economía con una fuerte clase política que no utiliza sus propios recursos naturales; sino que has mantenido altas tasas de crecimiento pro más de 30 años teniendo como estrategia importar recursos naturales de los países en desarrollo para manufacturarlos y vender productos industriales a países desarrollados con mayor demanda.

 

En el último Congreso Nacional del 2012, las autoridades chinas cambiaron esta estrategia de exportación a gran escala por estrategias económicas más ligadas a desarrollar su mercado interno; asimismo, en el marco de esa nueva estrategia establecieron una nueva meta de crecimiento económico anual alrededor del 7%. Por lo tanto, desde ese año ya se sabían dos cosas que China iba a empezar a crecer alrededor del 7% y que iba a disminuir de demanda por materias primas.

 

Entonces era conocido ese hecho desde el 2012; sin embargo, no se realizaron las medidas necesarias para contrarrestarlo, pues nuestras autoridades lejos de asumir un rol adecuado, continúan con la ideas de depender de las fluctuaciones del mercado; sobre todo del mercado externo. Para poder contrarrestar se debió emular a países como China y otros países que actualmente siguen creciendo a altas tasas sin desacelerarse. Las autoridades peruanas prefirieron hacerse los sorprendidos, justificando la desaceleración peruana como una consecuencia de la desaceleración China y mundial. Pero como ya hemos mostrado, en 2014 la economía mundial no se desacelero y la China estuve alrededor de su meta de crecimiento establecido desde el 2012.

 

Lo correcto hubiera sido emular a otros países con altas tasas de crecimiento de otras regiones. Lamentablemente, como también he venido mencionado en los últimos años, el crecimiento de América Latina ha sido más lento que el presentado por Asia y África. La mejor forma es impulsar desde el Estado grandes proyectos de infraestructura muchos más grandes, en mayor número y con mayor velocidad de lo que se viene haciendo. Para ello, se necesita mucho impulso del Estado para diseñar, concesionar, y asociarse con los ejecutores nacionales o extranjeros. Estas medidas serían capaces no solo de evitar la desaceleración, sino de crecer a tasas más altas sostenidamente hasta llegar al primer mundo.

 

Para esto se necesita de una clase política, como ocurre en China y las economías exitosas de Este asiático. Con instituciones más fuertes y agiles que acompañen a los proyectos en todas sus etapas de construcción y funcionamiento. Es decir, se necesita construir algo que actualmente no existe para depender de nosotros mismos y no del contexto internacional.

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[1] Todos los datos y afirmaciones en el presente artículo se encuentran sustentados en: http://jvoysa.blogspot.sg/

 

*PhD (c) en economía

University of International Business and Economics

China, Beijing