minero doe runCésar Lévano

Un tsunami de despidos azota a los trabajadores mineros del Perú. Una denuncia de la Federación Minera señala 547 despidos (242 en la mina Argentum de Morococha y 279 en minas de Buenaventura en Huancavelica, Oyón y Arequipa. Cerro Sac de Pasco, ha licenciado a más de 30 trabajadores).

La medida no solo es injusta, sino que es, además, injustificada. En esta columna habíamos ya señalado que las empresas iban a descargar, como sucedió en los años 30 del siglo XX, el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores. Esto ocurre hoy, a lo largo y ancho del sistema capitalista.

En el caso minero peruano, el lanzamiento a la calle se ampara en el pretexto de la baja en la cotización de los minerales en el mercado mundial. Se escudan los patronos en el Decreto Supremo 003-97, firmado por el dictador Alberto Fujimori, cuyo artículo 42 autoriza el término de la relación laboral por motivos económicos, y se remiten también al Decreto Supremo 013-2014, dictado por otro gobierno antiobrero, el de Ollanta Humala.

Contra el decreto humalista, la Federación Minera interpuso recurso de acción popular, puesto que anula derechos laborales constitucionales. Por supuesto que el Poder Judicial no ha atendido el justo reclamo. Es hora de que cumpla con su deber.

Ahora bien, cierto es que la cotización de los minerales y metales ha descendido, a causa de la crisis en la economía global, pero no ha afectado a las grandes mineras en la proporción que alegan.

La edición de agosto de Adex, la revista de los exportadores, revela datos de la realidad. Indica así que en los seis primeros meses de este año el valor de la exportación minera tradicional solo bajó en 7.5 por ciento. No es, pues, que ese sector esté en la ruina, sobre todo porque ha tenido años de superganancias y, gracias al Apra, no pagó impuestos por ese exceso, aparte de que aprovechó para implantar intensamente los services, que privan de derechos básicos a los asalariados.

Desgraciadamente, el furor de la crisis encuentra al trabajador desprotegido, frente a la explotación y el abuso, o el crimen impune que afecta a construcción civil. Contra esa ola asesina se desplegará hoy, desde el Campo de Marte, la marcha pacífica por la seguridad ciudadana.

Respecto a despidos de trabajadores, la revista Adex indica: “El sector de textiles y el de prendas de vestir se llevan la peor parte, con casi 39 mil empleos perdidos”.

A la inseguridad ciudadana se añade la inseguridad laboral. Solo acciones conjuntas de los sindicatos pueden refrenar y derrotar la doble amenaza.

Diario Uno, 19.11.2015