Ramiro Barreiro
Por casi 50 años, entre 1880 y 1929, las exportaciones de maíz, lino, carnes, avena y trigo le valieron a Argentina el mote de "granero del mundo", un alias que hoy ejerce Rusia, y que está nuevamente en juego por el conflicto en Donbás.
El President's Day que se celebró en Estados Unidos el pasado lunes estuvo más enfocado en la figura del mandatario ruso, Vladímir Putin, que en la del propio Joe Biden, a partir de la firma de los decretos que reconocen la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
El festivo estadounidense postergó hasta el martes la reacción de los mercados, aunque se especulaba que la incertidumbre generada por esta nueva incidencia multipolar haría mella en las economías, en particular, en el comercio internacional.
La bolsa de Chicago anunció al cierre del martes "importantes alzas en los mercados agrícolas por el agravamiento de la crisis ruso-ucraniana".
Es que estamos hablando, por un lado, del principal productor de trigo del mundo (Rusia) y, por el otro, quien ocupa el cuarto en la misma tabla (Ucrania), acaparando cerca de un tercio del mercado mundial del cereal entre ambos países. De hecho, el trigo comenzó la semana con alzas superiores al 5 por ciento para todas sus posiciones.
La escalada de tensión entre los países está llevando a redireccionar compras de trigo, maíz y aceite de girasol hacia destinos alternativos, por ejemplo, Argentina.
"La repercusión que hoy por hoy puede afectar a Argentina, de alguna manera, es que por esta situación estamos viendo un aumento en el precio de algunos de los productos que se exportan, como el trigo y el aceite de girasol", afirmó a la Agencia Sputnik la jefa de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, Emilce Terré.
Según la especialista, tanto Rusia como Ucrania son importantes proveedores mundiales de trigo, soja, maíz y sus derivados y el temor de que pueda haber alguna interrupción logística en la exportación es lo que hace que en el mercado internacional se mueva al alza.
Así lo expresan desde la bolsa de Chicago, donde los futuros de maíz también cerraron el martes con importantes ganancias por las tensiones militares entre Rusia y Ucrania y los potenciales temores de incumplimientos de embarques, que desalientan el comercio en la zona del mar Negro e impulsan los precios hacia arriba.
Sin embargo, el panorama no es tan optimista para Argentina, que ve su economía muy vulnerable por el postergado acuerdo de renegociación de su deuda de 44.500 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Toda posibilidad de financiamiento externo, tanto público como privado, depende de las tasas a las que Argentina se puede financiar y eso está incluido por esta situación macroeconómica de renegociación de la deuda", reconoce Terré.
El otro escollo, que también tiene origen en el conflicto de Donbás es el alza en los precios del petróleo, que oscila la barrera de los 100 dólares el barril y encarece los costos productivos en todo el mundo, al ser un insumo clave.
Con todo, los silos argentinos aguardan los acontecimientos que se suceden a miles de kilómetros con una cosecha récord de trigo y girasol que pudo levantarse a pesar de una histórica sequía que afecta los campos más productivos del país. El mismo país que sufre y sueña con volver a ser el granero del mundo.
Con información de Sputnik