Jorge Manco Zaconetti
La minería debe sembrar agua es una afirmación que le pertenece al patriarca de la minería peruana Alberto Benavides de la Quintana, hacedor del grupo Buenaventura. Esta sentencia es fundamental para hacer viable los proyectos como el de “Tía María” (Arequipa), el proyecto más importante que tiene la Southern Perú Copper Corporation (SPCC), que compromete inversiones superiores a los US$1,400 millones de dólares, y que debe gatillar, hacer posible otros proyectos mineros como “Los Chancas” (Apurímac) con más de US$2,600 millones, “Michiquillay” (Cajamarca) con compromisos de inversión US $ 2,500 millones de dólares, más la ampliación de las operaciones de Cuajone (Moquegua) con inversiones de US$871 millones, sumada a la ampliación de la Fundición de Ilo (Moquegua) por un valor US$1,354 millones.
Es decir, esta es la cartera de proyectos en inversiones de la SPCC que sumarían más de US$8,725 millones de dólares de un total de US$39,442 millones, que son los valores estimados de los compromisos mineros, solamente de los proyectos cupríferos, es decir las inversiones del grupo mexicano SPCC representarían el 22 % de las inversiones proyectadas en cobre a nivel país.
Se estima por diversas consultoras de reconocido prestigio que en el 2030 habrá un desequilibrio entre la Oferta y Demanda Mundial que debe bordear el 20 %, por ello los precios del cobre se mantienen altos superando los US $ 4 dólares la tonelada, con tendencia a subir. Y esta es una oportunidad histórica que tiene el Perú de aprovechar una coyuntura internacional favorable, con mayores inversiones que capitalicen el país, por el efecto multiplicador y dinámico que tiene la inversión minera.
En este contexto “Tía María” constituye un proyecto de la mayor importancia no solamente para el distrito de Cocachacra, el valle del Tambo, la provincia de Islay, Arequipa y el país en su conjunto, pues sería una señal positiva, para los inversionistas para que inviertan en el Perú, con la seguridad y estabilidad necesaria, si queremos igualar o superar en la producción del metal rojo, a nuestro vecino del sur, Chile.
Ante la creciente pobreza monetaria que compromete a más de 30 % de la población peruana (más de 10,2 millones de compatriotas), y más del 50 % de los peruanos padecen hambre e inseguridad alimentaria (17 millones) según las estimaciones del PNUD (Naciones Unidos), resulta de fundamental importancia promover las inversiones privadas y públicas con la debida responsabilidad social, ambiental y tributaria.
CON SEGURIDAD AMBIENTAL
En tal sentido el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero de “Tía María” aprobado por el ministerio de Energía y Minas, ha respondido a las 138 observaciones planteadas por la UNOPS un organismo supervisor de las Naciones Unidos, por tanto desde el punto de vista ambiental el proyecto resulta viable y no debe afectar el rico valle del río Tambo, en razón de la tecnología de punta que se utilizará.
En esa línea el proyecto “Tía María” no utilizará las aguas del rio Tambo para sus operaciones mineras, sino que usará el agua de mar, mediante una Planta Desalinazadora del agua, es decir, una operación que retirará la sal marina, y ese líquido elemental servirá para humedecer y tratar la roca con cobre, en una Planta de Procesamiento ubicada a 11 kilómetros del valle del Tambo, exactamente en Pampa Cachendo.
En resumen, SPCC no usará las aguas del río Tambo que están comprometidas en el rico valle de más de 14 mil hectáreas, productor de cebollas, ajos, verduras, maíz, entre otros, haciendo viable la convivencia entre la minería y la agricultura, como sucede en otros países. Es más, se debe construir en la cabecera de cuenca represas para administrar los volúmenes de agua en épocas de secano, y ese debe ser también un compromiso de la empresa mexicana.
Si bien se estima la producción en 120 mil toneladas anuales de concentrados de cobre, que serían tratados en la Fundición de Ilo para ser transformados en cátodos de cobre con un 99 % de pureza; y con la producción de “Tía María más la ampliación de las operaciones en “Cuajone” (Moquegua), Toquepala (Tacna) la mexicana SPCC debe superar las 500 mil toneladas anuales de cobre fino.
Otro aspecto ambiental que se debe resaltar que tanto el yacimiento de “Tía María” ubicado a 6.5 Km del rico valle de Tambo como el yacimiento de “La Tapada”, ubicado a 2.5 Km del valle, serán operaciones a tajo abierto que utilizará la técnica de la lixiviación un proceso que disuelve el cobre mediante el consumo de ácido sulfúrico y agua, depositados en geomembranas impermeables y seguras, por tanto no habrá relaves mineros que constituye una fuente de los pasivos mineros de la vieja minería.
También este proceso de tratamiento del cobre minimiza el polvo que pueda afectar la riqueza productiva del valle. En tal sentido la roca de cobre será reducida en tres procesos y el material de cobre resultante será humedecido e introducido en almacenes cerrados (domos), por tanto, la difusión del polvo será mínima.
Desde el punto vista social solamente la construcción del proyecto “Tía María” involucra a más de 3,000 trabajadores de preferencia de la región y en su etapa operativa el empleo directo será de 650 trabajadores y por efecto multiplicador en diversos servicios los trabajadores indirectos serán del orden de 3,500 empleos. Un impacto relativamente importante en el empleo de la región y en especial en la población del Valle del Tambo.
Con precios proyectados de US $ de 3 dólares la libra de cobre el canon y las regalías estimadas anuales serían del orden de los 273 millones de soles, que deben ser superiores si el precio mantiene su tendencia alcista a nivel internacional. Un estimado mínimo es que la provincia de Islay percibiría un promedio de S/ 100 millones de soles anuales, que podrían ser utilizados para el mejoramiento de la salud, educación, y mejora de los cultivos de panllevar, en un rico valle de más de 14 mil hectáreas.
Existe un lógico temor en los agricultores ante las operaciones mineras y los pasivos heredados del pasado. Es más, existen operaciones mineras aguas arriba sobre los 3 mil metros sobre el nivel del mar que deben ser sancionadas por los organismos reguladores, y también existe una minería informal que utiliza mercurio en la extracción de oro, que enturbia y contamina el Río Tambo, de allí la legítima preocupación de la población del valle. ¡Ello debe ser resuelto y enfrentado como política de Estado!
También no resulta una buena señal en la población que el ministro de energía y minas, Ing. Rómulo Mucho Mamani, resulte el principal promotor de los proyectos mineros y en especial de “Tía María”, donde su empresa especializada en servicios de explosivos PEVOEX Contratistas SAC, tiene contratos de servicios con la transnacional mexicana SPCC, entre otras empresas mineras. Ello le resta la debida transparencia y credibilidad a la necesaria promoción de las inversiones mineras. De allí la desconfianza de la población hacia el proyecto “Tía María” y al ministro lobista.
Por razones de Estado y de interés público para capitalizar el país debemos promover las inversiones privadas en general y mineras en particular por los efectos multiplicadores de las inversiones, en la generación de divisas, ingresos fiscales y regiones más la generación de empleo en el sector más importante de la economía peruana, como es la minería, pero también se demanda responsabilidad social, ambiental y sobre transparencia en las decisiones de gobierno.
Diario Uno, 03.08.2024