Como es la corrupta costumbre del Apra, partido que tiene cerca de un siglo socavando la moral y la honestidad, ayer se retiraron de la sesión donde debía votarse por la aprobación de la ley que frene la ilegal destrucción de la Escuela de Aviación Civil (EAC) de Collique, cuyos terrenos el gobierno aprista pretende entregarlos a los chilenos en apestoso faenón.
Para hacer fracasar la sesión la dejaron sin quórum. Cuatro congresistas apristas de la Comisión de Transportes huyeron de la sesión cuando se sometía a votación la declaración de la intangibilidad de los terrenos de la EAC, para felicidad de los chilenos del consorcio DH Mont, que así gana tiempo para consumar la traición aprista.
El primer punto en el orden del día contemplaba discutir y poner a consideración el predictamen de los proyectos de ley 2794/2008-CR y 3916/2009-CR, presentados por los legisladores Víctor García Belaunde (Alianza Parlamentaria) y Susana Vilca (Partido Nacionalista).
Al inicio de la sesión, presidida por Juvenal Silva, inició la sesión, existía el quórum reglamentario (trece miembros, uno más de lo necesario). Tras varias exposiciones de los autores de los proyectos, se demostró que sí es posible la anulación del proceso perpetrado por Proinversión, que sin tener derecho dispone de 65 hectáreas donadas para fundar la AEC.
Los nombres de los traidores a la Patria
Cerca del término del debate, García Belaúnde sostuvo que es traición a la Patria desproteger a la aviación peruana. Entonces, siguiendo la consigna traidora ordenada sin duda desde Palacio, pues Alan García dicta a sus congresistas cómo tienen que votar, los apristas se retiraron calculando dejar a uno, para guardar las apariencias, pero con la intención de romper el quórum necesario, por lo cual la sesión tuvo que suspenderse sin la votación.
Silva Díaz aseguró que se solicitará a la Junta de Portavoces se exonere el proyecto e ingrese directamente al Pleno del Congreso, porque la mayoría de bancadas está de acuerdo en aprobarlo.
La importancia de Collique
En un contexto donde Chile se arma desenfrenadamente contra el Perú, el gobierno aprista no sólo maltrata, sino descuida a las FF. AA. colocando a nuestro país en una situación de vulnerabilidad buscada por los espías e infiltrados de Chile en el aparato de gobierno, que buscan disminuir a su mínima expresión la infraestructura, armas y personal militar.
Los aeropuertos civiles y militares son necesarios para todo país para casos de guerra y desastres naturales, pero el gobierno aprista, en lugar de promover la construcción de nuevos aeropuertos o aeródromos, busca destruir lo poco que hay.
Lima es una ciudad con más de ocho millones de personas y sólo tiene el Jorge Chávez y la base militar de Las Palmas y la de Collique.
Si sucediese un fuerte terremoto en cualquier punto del Cinturón del Fuego del Pacífico, no estamos libres de que llegue un tsunami al Callao, que no habría forma de evitar y que destrozaría el aeropuerto Jorge Chávez. Entonces quedan de emergencia Collique y Las Palmas, pero el traidor gobierno aprista quiere destruirlos.
En segundo lugar, además de razones de seguridad nacional, está presente la corrupción de un proceso plagado de ilegalidad e irregularidades, que pretende rematar en US$28 el metro cuadrado de esos terrenos, que en realidad cuestan U$300 (ver Los “faenones” de Collique y de Vivienda). Como si fuese poco todo lo anterior, no valorizan las edificaciones levantadas ni la costosa y sólida pista que tiene un metro y medio de espesor. A cambio quieren entregar para una nueva EAC terrenos en Ica inservibles por su neblina permanente, donde los alumnos de Lima, la ciudad más poblada del Perú, no podrán movilizarse.
En tercer lugar está el respeto a la ley por parte del gobierno, del cual tanto García se alaba, pero sólo cumple cuando se trata de empresas extranjeras en sus malolientes tratos, no sólo eso, sino que se burla de las normas para favorecerlos, pero a lo peruano busca destruir. Collique pertenece a todos los peruanos, que entregaron el dinero (incluyendo la donación de nuestro héroe José Quiñónez) para la adquisición de los terrenos con una sola finalidad: fundar la EAC, por tanto, el Estado no puede darle otro uso, y menos para el enemigo chileno representado por esa empresa que en Chile construye aeródromos, pero en el Perú busca destruirlos.
Esta mañana el ministro de Transportes, Enrique Cornejo, defendió este faenón mintiendo descaradamente al decir que por estar cerca de zonas urbanas ya perdió valor como aeródromo, lo cual es falso, pues en el Perú y muchos países de Europa y los EE. UU. existe aeropuertos rodeados de zonas urbanas.
También mintió diciendo que no existe cargo de la entrega del terreno al Estado (que reforzaría su intangibilidad), pues el congresista García Belaúnde mostró el cargo en la sesión de ayer.
Está visto que el Apra, cuya cúpula traidora está formada por gente carente de vergüenza, no retrocederá en su voracidad que corroe el patrimonio de todos los peruanos. Sólo con marchas y movilizaciones los peruanos conseguirán decir ¡basta! a la maquinaria de destrucción y corrupción aprista.