Las razones de la caída del Boeing 737-800 de Turkish Airlines, ocurrido cerca del aeropuerto de Ámsterdam, todavía son desconocidas para el equipo de investigadores holandeses que analizan el accidente.
La caída de la aeronave causó nueve muertos y más de 80 heridos de los 127 pasajeros y siete tripulantes. Los cuerpos de las víctimas fueron extraídos en su totalidad y los expertos se encuentran examinando las grabaciones de los pilotos y los restos del avión.
En tanto, la empresa Boeing, fabricante del avión enviará a un equipo de investigadores que se sumará a los expertos holandeses que buscan determinar las causas del accidente, ocurrido en la mañana de anteayer.
Las observaciones preliminares indican que podría tratarse de una falla en los turborreactores, además de cierta inestabilidad en el aterrizaje, lo que ocurrió cuando el Boeing 737-800 entró en una zona de turbulencia que impidió al piloto controlar la máquina.
El vuelo había partido del aeropuerto Ataturk, en Estambul, y cuando cayó se quebró en tres cuando se encontraba preparándose para el descenso en la terminal internacional de Schiphol, en Ámsterdam.
Según testigos sobrevivientes, cuando el avión se encontraba a unos 600 metros de altura, ya en baja velocidad, de pronto cayó a tierra en unos segundos.
De los heridos, seis presentan un estado crítico, mientras que 25 están graves.