Venta de acciones de LAN y las AFP peruanas
Por Humberto Campodónico
Ayer, en la Bolsa de Santiago, el Presidente electo de Chile Sebastián Piñera vendió el 6.4% de sus acciones de LAN por US$ 374 millones a la corredora Celfín Capital. Días antes, el 22 de febrero, Piñera había vendido el 8.6% de las acciones al Grupo Cueto, por US$ 500 millones.
Como Piñera era dueño del 26.3% de las acciones de LAN, aún tiene que vender el 11.3% restante en los próximos días. Si esa venta se realiza al mismo precio que el de ayer, Piñera debiera recaudar US$ 662 millones adicionales, totalizando así ingresos “cash” por US$ 1,536 millones (ver cuadro). A este monto hay que sumarle US$ 37 millones obtenidos por la venta del 9.7% de sus acciones en la Clínica Las Condes, de Santiago.
El accionista mayoritario de LAN es ahora el Grupo Cueto, pues tiene el 34.2% de las acciones, con lo cual pasa a controlar la empresa. Hay que mencionar que una alta proporción de acciones (el 38.8%) está en manos de numerosos accionistas minoritarios y que Cueto ha dicho que no venderá acciones a ninguna aerolínea extranjera.
Las acciones compradas ayer por Celfín Capital corresponden a varios inversionistas, entre los cuales estarían el Grupo Luksic, el grupo D&S y, también, una AFP peruana (sería AFP Integra, pues Prima AFP del Grupo Romero ha negado su participación).
La noticia ha sido presentada en Lima como si capitales peruanos ahora fueran “dueños” de LAN. Nada que ver. Una cosa es tener la mayoría accionaria en una empresa (como el Grupo Cueto en LAN) y otra cosa es poseer una fracción del 6.4% que se vendió ayer.
También se dice que dicha compra es un indicador del “importante aumento” de las inversiones peruanas en Chile, con lo que disminuiría la diferencia entre las inversiones de Chile en Perú, que ascienden a US$ 7,203 millones (ver Perú-Chile: Inversiones asimétricas y conflictos, www.cristaldemira.com, 16/11/2009).
Aquí se confunden papas con camotes. Los US$ 7,203 millones de Chile son inversión directa: son empresas con activos físicos en el Perú (como Falabella, Ripley, Primax y la propia LAN). En Chile, el Perú tiene inversión directa por solo US$ 600 millones, siendo de lejos la más importante la cementera Melón, del grupo Brescia, por US$ 500 millones; después vienen los restaurantes).
El resto es inversión de portafolio y consiste en la compra de paquetes minoritarios de acciones de empresas chilenas: es el caso de Wong (US$ 200 millones en Cencosud), el grupo Romero (US$ 200 millones en el banco BCI) y, ahora, de la AFP peruana que tendrá una participación (no se sabe a cuánto asciende) en los US$ 374 millones de LAN vendidos ayer. Por tanto, las papas son la inversión directa y los camotes son la inversión de portafolio (ojo que no hemos analizado la inversión chilena de portafolio en el Perú).
Pero el tema de fondo a analizar son las relaciones entre los vecinos y la posición peruana de las “cuerdas separadas”. Habrá que ver si la compra del “paquetito” de acciones de LAN es suficiente como para animar al Presidente García a ir a la toma de posesión de Piñera. ¿Ustedes qué creen?
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