1873: El tratado secreto que nunca fue secreto
Escribe: Juan Carlos Herrera Tello (*)
Buscando fuentes para la redacción de un artículo sobre la Convención Fluvial de 1851 donde se delimitó parte de la frontera entre Brasil y Perú, adquirí recientemente una traducción del texto “El Imperio del Brasil y las Repúblicas del Pacífico” del diplomático brasileño Luis Claudio Villafañe.
Escribe: Juan Carlos Herrera Tello (*)
Buscando fuentes para la redacción de un artículo sobre la Convención Fluvial de 1851 donde se delimitó parte de la frontera entre Brasil y Perú, adquirí recientemente una traducción del texto “El Imperio del Brasil y las Repúblicas del Pacífico” del diplomático brasileño Luis Claudio Villafañe.
El texto de Villafañe es categórico y se basa en los documentos del Archivo Histórico de Itamarati, (La Cancillería de Brasil) y de allí nos da a conocer la perspectiva brasileña: al inicio nos presenta a Argentina como la autora intelectual del Tratado de 1873 de Alianza Defensiva; luego al Perú y Bolivia como los aliados solicitando a Argentina la adhesión al ya firmado Tratado y de cómo conoció el Imperio del Brasil el Acuerdo Secreto primero, y como éste se lo comunica a Chile.
Para tener una mayor comprensión de lo que sucedía en la época es necesario retrotraernos a la década del 60 del siglo XIX y entender algunos aspectos que en principio no parecen que fueran gravitantes cuando en realidad su peso los hace conocer la Historia de la manera más cruda.
A raíz de la incursión de España para tratar de recuperar sus antiguas colonias de América, Chile y Perú firman un Tratado de Alianza Ofensiva y Defensiva el 5 de diciembre de 1865, al cual se adhirieron posteriormente Ecuador el 30 de enero y Bolivia el 19 de marzo de 1866. A este Tratado se le conoció como el de la Cuádruple Alianza, y los motivos de su suscripción son evidentes.
En el otro extremo del continente se gestaba otra guerra, pero esta vez entre pueblos vecinos, el Imperio de Brasil se unía con Argentina y Uruguay contra Paraguay un 1.º de mayo de 1865, en un protocolo adicional a este acuerdo los aliados se repartían las armas y los pertrechos de guerra así como los trofeos, (Los trofeos, como se sabe fueron devueltos al vencido como manifestación de olvido de un posterior triunfalismo)
Ambos acuerdos fueron secretos, pero el primero era de índole defensiva ante la invasión extranjera, mientras el segundo tal como el Tratado lo afirma es contra el gobierno de Paraguay y no contra su pueblo, (sic).
La Cuádruple Alianza afianzada en su triunfo contra la invasión española tenía en Perú su mayor exponente y al enterarse de la existencia del Tratado de la Triple Alianza, lanza una nota de protesta el 20 de agosto de 1866 al Imperio del Brasil por los términos del Tratado: “Perú y sus aliados, no pueden quedarse en silencio; y el más sagrado e imperioso de los deberes lo induce a protestar de la forma más solemne contra la guerra, que se hace con semejantes tendencias, y contra cualquier acto que, como consecuencia menoscabe la soberanía, independencia e integridad de la republica paraguaya”.
Según el Informe de la Repartición de Negocios Extranjeros de Brasil, esta nota fue considerada “inadmisible, ya sea en la materia o en la forma” y lo que aumentó la tensión con el Perú fue cuando el Presidente Prado afirmó que “Paraguay sostiene contra el Imperio del Brasil y sus aliados una lucha en la que la justicia de la causa compite con el heroísmo de la defensa”. El encargado de negocios de Brasil de apellido Varnhagen al no conseguir las explicaciones satisfactorias para su Estado rompe las relaciones entre los dos países.
Ninguna otra republica del Pacifico rompió relaciones con Brasil, más que el Perú por el asunto de la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, y este hecho marcó la desavenencia por muchísimos años entre los dos países no obstante ser limítrofes en una extensa frontera y por los buenos términos que hacía solo 15 años atrás se había ganado con la Convención Fluvial de 1851 suscrita por Bartolomé Herrera y Duarte Daponte Ribeyro. Jorge Guillermo Leguía en “Bartolomé Herrera: Escritos y Discursos” (Tomo I) dice:
(Herrera) “dejó sólidamente establecida la amistad de ambos estados, que no habría sido turbada si el gobierno de 1867 no hubiera, de modo indiscreto e inconducente, protestado de la guerra del Paraguay.
Desde esa época perdió el Perú la amistad del Brasil, que desde entonces se atrajo Chile, sin haberse logrado nada práctico a favor del Paraguay y quedó malograda la obra de Herrera”
Las relaciones diplomáticas con Brasil fueron restablecidas recién el 4 de setiembre de 1869 cuando José de la Torre Bueno presentó sus credenciales ante el gobierno imperial. Luis Villafañe en su texto, explica con claridad: “Si no fuera por la intransigencia de Varnhagen aquella drástica medida podría haberse evitado”.
En este escenario internacional es como se encuentra el Perú ante el resto de los países del hemisferio, con una riqueza apreciable en lo que se refiere al guano y al salitre ubicada esta última en el departamento más austral de su territorio, por ello necesitaba defender no solo su integridad territorial sino sus riquezas. Por otro lado Brasil después de concluida la guerra contra Paraguay volvió a tener problemas con Argentina en sus asuntos de límites, y ya Bolivia con Chile nuevamente habían quedado en entredicho los acuerdos que firmara el tiranuelo Melgarejo cediendo una porción del departamento de Antofagasta, permitiendo que Chile avance unos grados más al norte de su delimitación histórica y compartiendo los frutos y productos de las riquezas aun más al norte de la línea de frontera. Y para aumentar la tensión surgía con mayor claridad el conflicto de Argentina con Chile también por sus asuntos fronterizos.
Entonces el país que tenía mayores peligros era Argentina. Al norte Brasil con sus reclamos sobre el territorio de Misiones y al oeste la extensa frontera con Chile donde este pretendía el territorio patagónico. Así es como Luis Villafañe explica el inicio del Tratado de 1873: “En medio de este clima de tensión e incertidumbres, el presidente Sarmiento convocó a una sesión secreta del Congreso argentino. Esa sesión atrajo la atención de los diplomáticos con sede en Buenos Aires. Los representantes brasileño y chileno, el Barón de Araguaia y Blest Gana respectivamente”.
Es así que el 20 de octubre de 1873, el Imperio de Brasil alerta a sus diplomáticos en La Paz, Lima y Santiago, para que se conozca las alianzas que puedan formarse contra el imperio. En octubre el Barón de Araguaia informa que “el objetivo de las sesiones secretas fue un proyecto de alianza ofensiva y defensiva entre la República Argentina, Bolivia y Perú presentado por el Señor Tejedor (Ministro de RR. EE. argentino), como siendo propuesto por Bolivia”. Pero Villafañe, basado en la obra del diplomático chileno Fernández Valdez “La República de Chile y el Imperio del Brasil”, Guillermo Blest Gana informaba a su gobierno que “las sesiones secretas se destinaban a discutir un proyecto de alianza entre Argentina, Bolivia y Perú y que consideraba que eran dirigidas más contra Brasil que contra Chile”.
Sergio Fernández Larraín quien ha compilado el “Epistolario de Alberto Blest Gana 1856–1903” hermano de Guillermo, publica una carta dirigida al Ministro de RREE de Chile desde Paris el 16 de febrero de 1874, donde le dice “Hablándome de una alianza entre Perú y Bolivia, me indica Ud. la necesidad de evitar que un rompimiento con alguna de esas repúblicas, vengan a ser causa que la autoridad inglesa nos confiscara temporalmente nuestros buques”.
El Imperio del Brasil tenía razones valederas para pensar que se tejían alianzas contra él, país con una frontera extensa y en aquel momento indefinida aun, quería evitar entonces, que la Alianza de Perú, Bolivia y Argentina, no se vuelque contra ellos, para ello necesitaba tener persuasiones y seguridades que sus agentes en Lima, La Paz y Buenos Aires deberían de obtener y así lo hicieron.
Luis Villafañe en su texto aclara el misterio y nos dice: “Fue el ministro brasileño en Lima Filippe José Pereira Leal quien aclaró el misterio en los últimos días de 1873, en una conversación con el Ministro de RR EE peruano Riva Agüero.” En tal sentido fue entonces don José de la Riva Agüero y Looz Corwaren quien le dio sus impresiones a Pereira Leal y los motivos de aquella alianza que buscaba la adhesión Argentina. Y como prueba de que la alianza no era contra Brasil “el Tratado Secreto fue confiado a Pereira Leal durante veinte cuatro horas para que este pudiera informar al gobierno imperial sobre su contenido”.
Esas veinte y cuatro horas fueron más que suficientes para que el brasileño pueda copiar el texto del Tratado y así informar a su cancillería, y esta a su vez informar a la chilena si lo tenía a bien; lo que ocurrió posteriormente.
Es en marzo de 1874 que el Ministro brasileño en Santiago informa a ese gobierno sobre el Tratado entre Perú y Bolivia aunque Luis Villafañe advierte que Chile ya lo conocía, aunque es obvio que el texto fue filtrado por Brasil por la excesiva confianza de Riva Agüero.
En nuestra bibliografía existen dos textos básicos sobre este Tratado cuyas autorías pertenecen a José Pardo y Barreda quien trata de vindicar la memoria de su padre, y el de Pedro Yrigoyen vindicando la memoria de su ancestro en su participación en la Argentina; pero en ninguno se aclara que fue por culpa de los propios peruanos en la persona de su Canciller quien dio a conocer aquel acuerdo que sirvió de pretexto a Chile para declararnos la guerra.
En la América de 1873, todos desconfiaban de todos; todos, especialmente Brasil temían alianzas contra el interés de sus países y conquistar territorios a costa del débil y las telarañas de Alianzas estaban solo en las ideas, más no en concretarlas como lo hicieron temerariamente Perú y Bolivia. Bolivia no quería que Argentina entrara en la Alianza por su problema de límites que mantenía con Buenos Aires, y además solucionó su frontera con Chile. Argentina dejó de tener los resquemores con Brasil y se solucionaron mientras el Perú insistía en la alianza con Argentina tanto por Riva Agüero que proponía que en el Tratado de Defensa iba ir una clausula donde se establecía que no se mezclasen los problemas con el Brasil, lo que Argentina no aceptó.
Pedro Yrigoyen y Pardo y Barreda habían demostrado por otras fuentes que el Tratado secreto de 1873 fue conocido y hasta traducido en varias partes del mundo por lo que su secretismo fue inviable desde el mismo momento de haberse puesto en los debates del Congreso. No se tiene nada respecto a si hubo filtraciones del Congreso peruano, pero si del boliviano y el argentino, como se prescribe con detalles en el Tomo IX Volumen I de la Historia Marítima del Perú.
Una Alianza funesta que se mantuvo, a pesar de no haberse logrado la adhesión de Argentina; un Tratado Secreto que no fue secreto desde sus inicios por acciones de la misma cancillería que lo estableció como secreto y que dio el acuerdo para ser revisado por 24 horas a extraños al pacto; un Tratado que después sirvió de pretexto para que se nos declare la guerra en nuestro peor momento económico, hoy después de más 135 años se abren nuevas luces sobre la filtración de este acuerdo que nos trae a la memoria lo dicho por don Modesto Basadre diputado por Tacna en 1873: “unos cuantos combatimos la tal alianza; yo el más encarnizado… se aprobó el Tratado de Alianza a las tres de la mañana. Pedí la palabra y dije: …que tenía pleno convencimiento que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos maldecirán la aprobación de ese fatal Tratado”.
El Tratado “Secreto” de 1873 de Alianza Defensiva con Bolivia, tuvo como principal causa evitar que Bolivia se aliara con Chile y determinaba tenerla mejor como aliada que como contraria al Perú. Este pacto fue en síntesis de aquellas sumas que al final restan.
(*) Asesor en Asuntos Internacionales
Abogado
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Para tener una mayor comprensión de lo que sucedía en la época es necesario retrotraernos a la década del 60 del siglo XIX y entender algunos aspectos que en principio no parecen que fueran gravitantes cuando en realidad su peso los hace conocer la Historia de la manera más cruda.
A raíz de la incursión de España para tratar de recuperar sus antiguas colonias de América, Chile y Perú firman un Tratado de Alianza Ofensiva y Defensiva el 5 de diciembre de 1865, al cual se adhirieron posteriormente Ecuador el 30 de enero y Bolivia el 19 de marzo de 1866. A este Tratado se le conoció como el de la Cuádruple Alianza, y los motivos de su suscripción son evidentes.
En el otro extremo del continente se gestaba otra guerra, pero esta vez entre pueblos vecinos, el Imperio de Brasil se unía con Argentina y Uruguay contra Paraguay un 1.º de mayo de 1865, en un protocolo adicional a este acuerdo los aliados se repartían las armas y los pertrechos de guerra así como los trofeos, (Los trofeos, como se sabe fueron devueltos al vencido como manifestación de olvido de un posterior triunfalismo)
Ambos acuerdos fueron secretos, pero el primero era de índole defensiva ante la invasión extranjera, mientras el segundo tal como el Tratado lo afirma es contra el gobierno de Paraguay y no contra su pueblo, (sic).
La Cuádruple Alianza afianzada en su triunfo contra la invasión española tenía en Perú su mayor exponente y al enterarse de la existencia del Tratado de la Triple Alianza, lanza una nota de protesta el 20 de agosto de 1866 al Imperio del Brasil por los términos del Tratado: “Perú y sus aliados, no pueden quedarse en silencio; y el más sagrado e imperioso de los deberes lo induce a protestar de la forma más solemne contra la guerra, que se hace con semejantes tendencias, y contra cualquier acto que, como consecuencia menoscabe la soberanía, independencia e integridad de la republica paraguaya”.
Según el Informe de la Repartición de Negocios Extranjeros de Brasil, esta nota fue considerada “inadmisible, ya sea en la materia o en la forma” y lo que aumentó la tensión con el Perú fue cuando el Presidente Prado afirmó que “Paraguay sostiene contra el Imperio del Brasil y sus aliados una lucha en la que la justicia de la causa compite con el heroísmo de la defensa”. El encargado de negocios de Brasil de apellido Varnhagen al no conseguir las explicaciones satisfactorias para su Estado rompe las relaciones entre los dos países.
Ninguna otra republica del Pacifico rompió relaciones con Brasil, más que el Perú por el asunto de la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, y este hecho marcó la desavenencia por muchísimos años entre los dos países no obstante ser limítrofes en una extensa frontera y por los buenos términos que hacía solo 15 años atrás se había ganado con la Convención Fluvial de 1851 suscrita por Bartolomé Herrera y Duarte Daponte Ribeyro. Jorge Guillermo Leguía en “Bartolomé Herrera: Escritos y Discursos” (Tomo I) dice:
(Herrera) “dejó sólidamente establecida la amistad de ambos estados, que no habría sido turbada si el gobierno de 1867 no hubiera, de modo indiscreto e inconducente, protestado de la guerra del Paraguay.
Desde esa época perdió el Perú la amistad del Brasil, que desde entonces se atrajo Chile, sin haberse logrado nada práctico a favor del Paraguay y quedó malograda la obra de Herrera”
Las relaciones diplomáticas con Brasil fueron restablecidas recién el 4 de setiembre de 1869 cuando José de la Torre Bueno presentó sus credenciales ante el gobierno imperial. Luis Villafañe en su texto, explica con claridad: “Si no fuera por la intransigencia de Varnhagen aquella drástica medida podría haberse evitado”.
Bartolomé Herrera |
En este escenario internacional es como se encuentra el Perú ante el resto de los países del hemisferio, con una riqueza apreciable en lo que se refiere al guano y al salitre ubicada esta última en el departamento más austral de su territorio, por ello necesitaba defender no solo su integridad territorial sino sus riquezas. Por otro lado Brasil después de concluida la guerra contra Paraguay volvió a tener problemas con Argentina en sus asuntos de límites, y ya Bolivia con Chile nuevamente habían quedado en entredicho los acuerdos que firmara el tiranuelo Melgarejo cediendo una porción del departamento de Antofagasta, permitiendo que Chile avance unos grados más al norte de su delimitación histórica y compartiendo los frutos y productos de las riquezas aun más al norte de la línea de frontera. Y para aumentar la tensión surgía con mayor claridad el conflicto de Argentina con Chile también por sus asuntos fronterizos.
Entonces el país que tenía mayores peligros era Argentina. Al norte Brasil con sus reclamos sobre el territorio de Misiones y al oeste la extensa frontera con Chile donde este pretendía el territorio patagónico. Así es como Luis Villafañe explica el inicio del Tratado de 1873: “En medio de este clima de tensión e incertidumbres, el presidente Sarmiento convocó a una sesión secreta del Congreso argentino. Esa sesión atrajo la atención de los diplomáticos con sede en Buenos Aires. Los representantes brasileño y chileno, el Barón de Araguaia y Blest Gana respectivamente”.
Es así que el 20 de octubre de 1873, el Imperio de Brasil alerta a sus diplomáticos en La Paz, Lima y Santiago, para que se conozca las alianzas que puedan formarse contra el imperio. En octubre el Barón de Araguaia informa que “el objetivo de las sesiones secretas fue un proyecto de alianza ofensiva y defensiva entre la República Argentina, Bolivia y Perú presentado por el Señor Tejedor (Ministro de RR. EE. argentino), como siendo propuesto por Bolivia”. Pero Villafañe, basado en la obra del diplomático chileno Fernández Valdez “La República de Chile y el Imperio del Brasil”, Guillermo Blest Gana informaba a su gobierno que “las sesiones secretas se destinaban a discutir un proyecto de alianza entre Argentina, Bolivia y Perú y que consideraba que eran dirigidas más contra Brasil que contra Chile”.
Sergio Fernández Larraín quien ha compilado el “Epistolario de Alberto Blest Gana 1856–1903” hermano de Guillermo, publica una carta dirigida al Ministro de RREE de Chile desde Paris el 16 de febrero de 1874, donde le dice “Hablándome de una alianza entre Perú y Bolivia, me indica Ud. la necesidad de evitar que un rompimiento con alguna de esas repúblicas, vengan a ser causa que la autoridad inglesa nos confiscara temporalmente nuestros buques”.
El Imperio del Brasil tenía razones valederas para pensar que se tejían alianzas contra él, país con una frontera extensa y en aquel momento indefinida aun, quería evitar entonces, que la Alianza de Perú, Bolivia y Argentina, no se vuelque contra ellos, para ello necesitaba tener persuasiones y seguridades que sus agentes en Lima, La Paz y Buenos Aires deberían de obtener y así lo hicieron.
Luis Villafañe en su texto aclara el misterio y nos dice: “Fue el ministro brasileño en Lima Filippe José Pereira Leal quien aclaró el misterio en los últimos días de 1873, en una conversación con el Ministro de RR EE peruano Riva Agüero.” En tal sentido fue entonces don José de la Riva Agüero y Looz Corwaren quien le dio sus impresiones a Pereira Leal y los motivos de aquella alianza que buscaba la adhesión Argentina. Y como prueba de que la alianza no era contra Brasil “el Tratado Secreto fue confiado a Pereira Leal durante veinte cuatro horas para que este pudiera informar al gobierno imperial sobre su contenido”.
Esas veinte y cuatro horas fueron más que suficientes para que el brasileño pueda copiar el texto del Tratado y así informar a su cancillería, y esta a su vez informar a la chilena si lo tenía a bien; lo que ocurrió posteriormente.
Es en marzo de 1874 que el Ministro brasileño en Santiago informa a ese gobierno sobre el Tratado entre Perú y Bolivia aunque Luis Villafañe advierte que Chile ya lo conocía, aunque es obvio que el texto fue filtrado por Brasil por la excesiva confianza de Riva Agüero.
En nuestra bibliografía existen dos textos básicos sobre este Tratado cuyas autorías pertenecen a José Pardo y Barreda quien trata de vindicar la memoria de su padre, y el de Pedro Yrigoyen vindicando la memoria de su ancestro en su participación en la Argentina; pero en ninguno se aclara que fue por culpa de los propios peruanos en la persona de su Canciller quien dio a conocer aquel acuerdo que sirvió de pretexto a Chile para declararnos la guerra.
En la América de 1873, todos desconfiaban de todos; todos, especialmente Brasil temían alianzas contra el interés de sus países y conquistar territorios a costa del débil y las telarañas de Alianzas estaban solo en las ideas, más no en concretarlas como lo hicieron temerariamente Perú y Bolivia. Bolivia no quería que Argentina entrara en la Alianza por su problema de límites que mantenía con Buenos Aires, y además solucionó su frontera con Chile. Argentina dejó de tener los resquemores con Brasil y se solucionaron mientras el Perú insistía en la alianza con Argentina tanto por Riva Agüero que proponía que en el Tratado de Defensa iba ir una clausula donde se establecía que no se mezclasen los problemas con el Brasil, lo que Argentina no aceptó.
Pedro Yrigoyen y Pardo y Barreda habían demostrado por otras fuentes que el Tratado secreto de 1873 fue conocido y hasta traducido en varias partes del mundo por lo que su secretismo fue inviable desde el mismo momento de haberse puesto en los debates del Congreso. No se tiene nada respecto a si hubo filtraciones del Congreso peruano, pero si del boliviano y el argentino, como se prescribe con detalles en el Tomo IX Volumen I de la Historia Marítima del Perú.
Una Alianza funesta que se mantuvo, a pesar de no haberse logrado la adhesión de Argentina; un Tratado Secreto que no fue secreto desde sus inicios por acciones de la misma cancillería que lo estableció como secreto y que dio el acuerdo para ser revisado por 24 horas a extraños al pacto; un Tratado que después sirvió de pretexto para que se nos declare la guerra en nuestro peor momento económico, hoy después de más 135 años se abren nuevas luces sobre la filtración de este acuerdo que nos trae a la memoria lo dicho por don Modesto Basadre diputado por Tacna en 1873: “unos cuantos combatimos la tal alianza; yo el más encarnizado… se aprobó el Tratado de Alianza a las tres de la mañana. Pedí la palabra y dije: …que tenía pleno convencimiento que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos maldecirán la aprobación de ese fatal Tratado”.
El Tratado “Secreto” de 1873 de Alianza Defensiva con Bolivia, tuvo como principal causa evitar que Bolivia se aliara con Chile y determinaba tenerla mejor como aliada que como contraria al Perú. Este pacto fue en síntesis de aquellas sumas que al final restan.
(*) Asesor en Asuntos Internacionales
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