Nuevo libro analizado
El ministerio de Educación peruano obedece deformación de la historia impuesta por los chilenos
Anteriormente en el informe Infamia contra escolares al descubierto (*) habíamos reseñado un libro que sin tener el nombre de “Historia del Perú” se ocupa de ella evidenciando un claro sentimiento antiperuano y prochileno. Esta vez pasamos revista a otro libro de la misma temática, más reciente y, también, más comprometedor para el gobierno (o por lo menos para el ministerio de Educación).
El texto escolar que hemos leído es la segunda edición de Enfoques 4 / Ciencias Sociales para secundaria, publicado en Lima el año 2005 por el Grupo Editorial Norma S. A. C. y distribuido por el ministerio de Educación, que lo presta a los alumnos. La Guerra del Pacífico es tratada en las páginas 183 a 191. Veamos cómo enfoca este libro el conflicto.
1) Antecedentes. Menciona los conocidos antecedentes: que en territorio costeño de Bolivia los empresarios chilenos empezaron a explotar el salitre, hasta que el gobierno boliviano puso un nuevo impuesto a las exportaciones chilenas de salitre boliviano, lo cual sirvió de pretexto a Chile para apoderarse del mencionado territorio rico en ese recurso natural. El libro lo pone de la siguiente manera, en la página 183: “El gobierno de Chile hizo de este problema un asunto nacional con el objetivo de obtener los territorios salitreros de Bolivia. El presidente [chileno] Manuel Pinto movilizó al ejército chileno y ocupó el territorio boliviano el 14 de febrero de 1879”. Los redactores del libro y los supervisores —ya veremos quiénes son— han tenido mucho cuidado al emplear el vocabulario y, como vemos, insertan el verbo “obtener”, eluden escribir “apoderarse” o “usurpar”. La mencionada palabra obtener, que no posee carga negativa, atenúa la descripción del delito contra el Derecho Internacional que Chile cometió al invadir Bolivia. Punto para Chile.
2) Héroes. Para cumplir el deseo chileno de ver a los niños y jóvenes peruanos aprendiendo una Historia del Perú amañada y tendente a anular los sentimientos de patriotismo e identidad nacional que toda persona nacida en el Perú debe tener, en ninguna de las páginas de Enfoques 4 / Ciencias Sociales para secundaria dedicadas a la Guerra del Pacífico se emplea la palabra héroe al referirse a Miguel Grau, Francisco Bolognesi y Andrés A. Cáceres. Además, consecuentes con el ninguneo histórico a tan ilustres personajes, en ninguna página (de la 183 a la 191 que, como hemos señalado, son las que en el libro tratan de la mencionada guerra) aparece una fotografía o retrato de Miguel Grau ni de Francisco Bolognesi ni de Andrés A. Cáceres; pero sí se luce una —y muy clara— del conocido prochileno Mariano Ignacio Prado1. ¡Por supuesto que así estos tres prohombres de la peruanidad van camino de la extinción en la memoria colectiva de los peruanos!
3) Lavado de dólares y lavado de imagen. En todo el mundo el lavado de dinero es un delito grave y se sanciona con drasticidad, para evitar que la plata obtenida mediante actividades delictivas (principalmente el tráfico ilícito de drogas) impulse negocios, compras, ventas o actividades económicas de apariencia lícita. Aplicando este concepto, tenemos que también hay lavado de imagen de las personas, proceso mediante el cual el recuerdo o efecto de la mala conducta o conducta delictiva de una persona es gradualmente difuminado, hasta el punto en que la gente prácticamente olvida el pasado delincuencial del individuo. El libro Enfoques 4 / Ciencias Sociales para secundaria efectúa un lavado de imagen del siniestro terrorista chileno Patricio Lynch, porque en la misma página 186 en la que atenuadamente2 se ocupa de este militar delincuente, colocan un recuadro con el título “¿Era Lynch un vándalo?”, en el cual los mercenarios antiperuanos del Grupo Editorial Norma reproducen lo que dice una fuente chilena3: “(Desde 1881) Lynch gobernó Perú durante tres años y dos meses, con tan notable acierto que consiguió mantener en tranquilidad todo ese inmenso territorio (…) El mejor Virrey del Perú le apodó el juicio sereno de los extranjeros; los propios peruanos hicieron justicia al acierto de su gobierno”. La frase final (“los propios peruanos hicieron justicia al acierto de su gobierno”) da a entender que los peruanos que sufrían los horrores de la sangrienta ocupación militar chilena estaban poco menos que agradecidos con el terrorista, ladrón y asesino chileno Patricio Lynch.
4) Ensalzando a los sirvientes de Chile. Respecto de las imágenes, hemos mencionado que en el chilenizado libro Enfoques 4 / Ciencias Sociales para secundaria no se ven fotografías o retratos de Miguel Grau, Francisco Bolognesi y Andrés A. Cáceres; pero sí de Mariano Ignacio Prado. Pero el prochilenismo de este venenoso y traidor texto que obligan4 a leer nuestros jóvenes estudiantes va más allá: habla bien del traidor Miguel Iglesias, sobre quien el infame terrorista chileno Patricio Lynch declaró al diario estadounidense New York Herald: “Damos toda clase de ayuda a Iglesias. Le damos dinero, le damos armas y destruimos a sus enemigos” (citado por Jorge Basadre5). ¿Quién fue y qué hizo Miguel Iglesias? Fue un hacendado cajamarquino que al comienzo del conflicto tuvo buena actuación, combatió a pie firme en la defensa de Lima. Sin embargo, el cansancio de la guerra y el cohecho de los chilenos pudieron más y se pasó al enemigo; actuó como presidente títere del invasor y aceptó las condiciones de cesión territorial que imponía Chile en el tratado de Ancón. Enfoques 4 / Ciencias Sociales para secundaria dice lo siguiente de Iglesias: “llegó a convencerse de que el esfuerzo [la resistencia ante el agresor chileno] era inútil y solo retrasaba el inicio de la reconstrucción.” Nuevamente, como en otro libro comentado en vez anterior (Huellas 3 / Estudios sociales), estamos ante el individuo sensato y razonable, no ante el tránsfuga traidor, venal y corrupto. Para lavar la cara a esta bazofia, cuyo nombre lleva una calle de un distrito limeño, lo presentan como caudillo de la batalla de San Pablo, que se libró en suelo cajamarquino; pero al hacerlo, los perpetradores de Enfoques 4 / Ciencias Sociales para secundaria se cuidan de dar detalles. La victoriosa batalla de San Pablo, que se desarrolló como una insurrección popular de los cajamarquinos motivada por las violaciones, asesinatos y exacciones que cometían los chilenos, tuvo lugar el 13 de julio de 1882, tres meses después del manifiesto de Iglesias del 1.o de abril de dicho año, en el cual se pronunciaba a favor de la capitulación ante los chilenos; esto significa que la batalla ocurrió a pesar de las corruptas intenciones pacifistas de Miguel Iglesias.
Involucrados. En esta repugnante agresión contra la formación de los jóvenes y contra la dignidad nacional, realizada para satisfacer el mandato de Chile de anular el sentimiento patriótico de los peruanos y avalada por el ministerio de Educación del Perú, han participado los siguientes vendepatrias:
“Especialistas”: Cecilia Salazar, Raúl León, Juan Luis Orrego, Deolinda Villa, Patricia Vera, Nicolás Tarnawiecki y Emilio Candela.
“Revisión pedagógica”: Ana María Tapia, Miguel Rentería y Margarita Lozada.
Acción. Frente a este atentado contra la juventud, contra la patria y contra la dignidad nacional, todos los peruanos debemos protestar. Queremos ver qué dicen los congresistas, cómo se manifiestan las asociaciones de militares retirados, qué dicen las asociaciones patrióticas tacneñas y de otras partes del país. Por nuestro Perú ya cumplió con su deber. ¿Va a seguir haciéndose el tonto el ministro de Educación?, ¿cree que la gente no se da cuenta de que es ejecutor de la voluntad de los chilenos, para lo cual utiliza el dinero de nuestro presupuesto nacional (no el de Chile, que es el más interesado)?
El diario La Razón denunció hace algunas semanas que durante el primer gobierno del APRA se había suscrito un acuerdo entre el Perú y Chile, el cual tenía por finalidad falsear la enseñanza de la Historia del Perú para que las nuevas generaciones no conozcan el terrorismo, los robos, violaciones, destrucción y asesinatos que los chilenos cometieron durante la guerra, además, los chilenos siempre han querido debilitar la imagen de Miguel Grau, Francisco Bolognesi y Andrés A. Cáceres, al mismo tiempo que “limpiaban” la imagen de sus delincuentes invasores. Un distinguido diplomático aclaró que el mencionado convenio no llegó a concretarse; pero viendo este libro, se nota que en la práctica sí se ha concretado, y los chilenos están logrando sus objetivos y diríamos que con creces, por el monumento al enemigo y agresor del Perú, el hampón basura chileno Arturo Prat, a quien militares peruanos serviles (¿sólo serviles o por $$$?) han erigido una estatua en la Escuela Naval de la Marina de Guerra del Perú. ¿Qué dice de esto la directiva de la ADOGEN, que agrupa a oficiales superiores en situación de retiro? ¿Se van a hacer los locos?
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2 Palabras más, palabras menos, dicen que destruyó infraestructura (ferrocarriles, industrias, haciendas azucareras, etc.), pero omiten mencionar que este terrorista chileno Patricio Lynch mató mucha gente indefensa, robó y cobró cupos de guerra a la población de las ciudades invadidas (si la gente no le daba la plata que él pedía, procedía a incendiar las casas). Expresémonos con claridad: Patricio Lynch, capitán de navío de la armada chilena, fue terrorista, ladrón y asesino.
3 Víctor Larenas: “Patricio Lynch, marino y gobernante” en Revista de Marina, publicación de 1995 de la marina de guerra de Chile. Ya sabemos: la Marina de Guerra chilena tiene voz y voto en la enseñanza de la Historia del Perú que se imparte en los colegios peruanos.
4 Aprovechando la permanente crisis económica del país, que impide a la gran mayoría de padres de familia peruanos solventar los gastos para la educación de sus hijos (¡cómo no va a ser así, si apenas pueden alimentarlos, y mal!), el ministerio de Educación de Chile ha dispuesto que su subordinado ministerio de Educación del Perú preste (los alumnos deben devolver el libro al fin de año) estos nefastos libros prochilenos a los escolares peruanos. Los niños y adolescentes del Perú constituyen una especie de clientela cautiva de estos textos escolares, porque al no tener sus familias dinero para comprar otros libros, no les queda más remedio que leer la basura que les proporciona a préstamo el ministerio de Educación.
5 Jorge Basadre Grohmann: Historia de la República del Perú 1822-1933 (tomo 8), Lima, s/f, La República y Universidad Ricardo Palma, 8.a edición, p. 1938.
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