victor raul haya de la torreCapitán EP  Eloy Villacrez

Despojos mortales de los miembros de la FA y Policial, asesinados por el APRA

El 9 de julio del 2013, se recuerda el 81 aniversario de la masacre perpetrada por las hordas apristas contra oficiales del Ejército y Policía, en Trujillo en el año 1932, eran prisioneros  en la cárcel pública, luego de los luctuosos sucesos que condujeron a la Toma del Cuartel de Artillería  de esa ciudad, los oficiales siguientes:

Del Grupo de Artillería No 1 (Regimiento) el Teniente Coronel EP Jefe  Julio P. Silva Càceda, Mayor Luis Pérez Salmón, Capitán Manuel Morzàn, Capitán Víctor Corantes, Alféreces, Ricardo Revelli, Alfredo Molina y Miguel Picasso. Del Batallón de Infantería (Regimiento) No.1 Subtenientes Carlos Hernández, Federico Mendoza, Carlos Valderrama. De la Policía (Guardia Civil) Capitán Eduardo Carbajal y Teniente Alberto Villanueva.
 
Luego de la toma del Cuartel Oº Donovan, por parte de los amotinados apristas el 07 de julio de 1932, hicieron conocer al gobierno que tenían en calidad de prisioneros a la oficialidad del Ejército y la Policía, amenazando que en caso de tomar medidas militares por parte del gobierno para capturar  Trujillo, ejecutarían a los prisioneros.
 
El Gobierno decidió restablecer el orden, la amenaza de asesinar a los oficiales prisioneros, fue evaluada,  como un acto imposible de ejecutar, al ir más allá de los límites de cualquier confrontación. No tomaron en cuenta que los apristas jamás tuvieron algo de decencia  en sus actos. Su metodología y estructura de odio a los militares escapaba a cualquier racionalidad.
 
Es así, cuando las tropas de aire, mar y tierra se desplazaron en forma inmediata para restablecer el orden, el Coronel Ruiz Bravo, jefe del Ejército encargado de la operación,  pidió la rendición de la plaza para evitar un derramamiento de sangre. La respuesta torpe y brutal de los Jefes apristas del Alzamiento, Agustín Haya de la Torre y Alfredo Tello,  en cumplimiento de las instrucciones de Víctor Raúl Haya de la Torre, procedieron a ejecutar a los prisioneros. Es así que se constituyeron a la cárcel acompañados por Víctor Silva, Raúl López Obando, Víctor Nureña, Artidoro Esquivel Diestra, Remigio Esquivel y otros. Emplazaron dos ametralladoras en la parte alta del  patio y con la metodología Nazi obligaron a salir de sus celdas a todos los oficiales prisioneros, para abrir fuego sobre ellos, luego  procedieron a vejar sus cuerpos en estado  agonizante, en una orgía de sangre y muerte, inmediatamente después el comando aprista dejó Trujillo y fugaron hacia la sierra de Huamachuco, abandonando a su huestes,
 
Los antecedentes del odio de los apristas hacia los militares y policías,  vienen de esa época, se fueron del gobierno este 2011 con su cabecilla AGP, con la conciencia de haberse vengado de los uniformados, al empobrecerlos y dejar al país sin una estructura de defensa, frente a las apetencias históricas de Chile, repitiendo los errores de hace algo más de un siglo.
 
Los soldados de hoy y siempre presentamos nuestro homenaje a los soldados asesinados por el APRA en Trujillo, aquel trágico 9 de julio de 1932.
 
Lima, 7 de julio del 2013
               Jamás repitamos los errores, Pueblo y Fuerza Armada, unidos venceremos