¿Qué hubiera pasado si los traidores de la Asamblea de 1884 recuperaban la noción de patria y rechazaban el convenio aceptado por Iglesias? Presidente chileno Santa María pensaba retirar las tropas de ocupación hasta lo que llamó “la línea estratégica Mollendo-Arequipa-Puno”, desocupando el territorio peruano al norte de dicha línea.- Así lo confesó el mandatario de los genocidas en instrucciones enviadas al criminal de guerra Lynch el 14 de noviembre de 1883
Escribe: César Vásquez Bazán
Es interesante conocer qué hubiera pasado si los felones iglesistas de la Asamblea Constituyente de 1884 no hubieran aprobado la vergüenza conocida como Tratado de Ancón.
No se hace necesario practicar un ejercicio de ciencia-ficción ni futurología histórica para enterarnos cuál hubiera sido el comportamiento de los genocidas del sur. Existe un pliego de instrucciones —breve pero rico en contenido— remitido por el presidente chileno Santa María al criminal de guerra Patrick Lynch en el que se esboza cuál sería la conducta de los chilenos.
El presidente Santa María, enemigo a muerte del Perú, esbozó lo que Chile haría si los chileques iglesistas no aprobaban el Tratado de Ancón.
(Bulnes 1919, 558-559)
El diseño del presidente Santa María está fechado el 14 de noviembre de 1883 y comprende las siguientes acciones:
1) Establecimiento de una “línea estratégica” que partiendo de Mollendo y pasando por Arequipa llegaría a Puno. Debe recordarse que las tres localidades fueron tomadas por los chilenos sin disparar una bala. Las tres ciudades fueron entregadas por sus dirigentes —envenenados por la traición iglesista— en octubre de 1883.
2) El ejército chileno —de ser necesario— se retiraría de Lima hasta la línea estratégica Mollendo-Arequipa-Puno y establecería “a firme” la ocupación chilena en toda aquella línea.
3) Según el presidente Santa María, nadie podría arrojar a los invasores chilenos de esa línea.
4) Santa María confesó que los chilenos no se moverían de la línea de Mollendo-Arequipa-Puno “si no es con el Tratado [de Ancón] ratificado”.
Algunas deducciones que pueden efectuarse del texto del presidente chileno Santa María
1) El enemigo estaba preocupado por la posibilidad que la Asamblea Constituyente, a reunirse cuatro meses después, en marzo de 1884, no aprobase el Tratado de Ancón. En especial, los chilenos desconfiaban de los posibles elementos independientes y pierolistas que estarían presentes en el citado organismo. Temían que estos últimos recibieran directivas de su líder, Nicolás de Piérola, para votar en contra del Tratado.
2) El enemigo chileno avizoraba que de no aprobarse el Tratado de Ancón, debería evaluar la necesidad de desocupar Lima y retirarse a “la línea estratégica Mollendo-Arequipa-Puno”.
3) ¿Por qué surge la necesidad de retirarse de Lima? Era evidente que cada día se tornaba más difícil mantener la ocupación del Perú. El peligro provenía de la acción incansable de la resistencia encabezada por Andrés Avelino Cáceres y líderes patriotas regionales. Además, las deserciones en las filas chilenas habían tomado “grandes proporciones”, como lo reconoció el historiador sureño Bulnes. Éste describió las huídas de la soldadesca como “fruto del cansancio que la pasividad del cuartel ejercía en naturalezas impulsivas, que se habían enrolado [en el ejército chileno] con otros estímulos que la vida de guarnición” (Bulnes 1919, 531).
El coronel enemigo Velásquez no comprendía la razón de las deserciones. Afirmaba que los soldados chilenos “están muy regularmente vestidos, tienen buen sueldo y buen rancho”. Sin embargo, el miliciano roto, a finales de 1883, prefería buscar trabajo en las minas o campos circunvecinos y escapar de la disciplina del cuartel y de la posibilidad de morir en combate (Bulnes 1919, 531-532).
4) Santa María proyectaba que los peruanos se quedarían muy campantes constatando la traslación de la frontera chilenade facto hasta la línea Mollendo-Arequipa-Puno. No se detuvo a pensar que el retiro de Chile a la “línea estratégica” hubiera sido entendido por los peruanos como una muestra de debilidad y cansancio de los invasores, hecho que hubiera infundido nuevos ánimos para la lucha en los peruanos en general, comenzando probablemente por los propios arequipeños y puneños.
El vergonzoso papel de Miguel Iglesias y sus chileques
Puede apreciarse en el texto del presidente Santa María la manera cómo usaban los chilenos al títere Miguel Iglesias. Santa María escribió, claramente, que “Dejando a Iglesias que organice el gobierno civil cuando tenga elementos para ello, nosotros habremos de ocupar con seguridad y comodidad (sic) los lugares que tiendan a afianzar nuestra ocupación de Mollendo a Puno y demás lugares inmediatos”.
Las instrucciones de Santa María hacen ver el papel rastrero jugado por el traidor Iglesias “organizando el gobierno civil” al servicio del enemigo chileno.
Fuente chilena
Bulnes, Gonzalo. 1919. Guerra del Pacífico. Ocupación del Perú. La paz. Valparaíso: Sociedad Imprenta y Litografía Universo.
Sacarlos rápido Ni la Corte Internacional de Justicia ni ley alguna prohíben al Perú ejercer soberanía en las cuatro hectáreas de Tacna y mar correspondiente. Es urgente que nuestra valiente y gloriosa fuerza armada restablezca el dominio del Perú en esa zona. Sabemos que los maricuecas no podrán resistir el embate de los peruanos, que no van a parar hasta poner una cerca de alambre de púas desde el punto Concordia hasta el hito N.o 1. |
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