Por Ricardo Sánchez Serra*
Si uno ve el mapa de Chile luego de su independencia y lo que es ahora, a ningún analista le queda duda de su política expansionista, que arrancó territorios a Perú, Bolivia y Argentina.t
Extraído de la revista Cono Sur, octubre de 1993
El lector puede hacer fáciles deducciones de cómo la Capitanía General de Chile fue ampliándose. Hasta 1828 el Virreinato dé Río de la Plata (Argentina) llegaba hasta el Océano Pacífico. Luego el vecino país fue ampliando sus értenencias hasta llegar al momento actual, incluyendo las islas Nueva, Picton y Lennox al sur del canal Moat (continuación del Beagle), logradas merced al “pacto de paz y amistad”, algo que no le impide actualmente pretender aproximadamente 2,500 kilómetros cuadrados de la provincia de Santa Cruz (problema Lago del Desierto y Hielos Continentales). Es decr: otro avance sobre nuestra Patagonia.
Esa agresividad y arrogancia chilena se ve reflejada en la carta que envía a los bolivianos Abraham Koening, enviado diplomático de Chile en Bolivia, en el año 1900:
“Hace muchos años que mi país desea convertir el Pacto de Tregua en Tratado de Paz, arreglar de una vez por todas sus diferencias con Bolivia. No podemos esperar más, el gobierno y el pueblo chileno consideran que han esperado con paciencia. Es un error muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, el opinar que Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su Litoral. No hay tal cosa. Chile ha ocupado el Litoral con el mismo título con que Alemania anexó al Imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título con el que los Estados Unidos de América han tomado Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, ley suprema de las naciones. Que el Litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale, que si nada valiera no habría interés en su conservación. Terminada la guerra, la nación vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el Litoral. Fue una entrega absoluta, incondicional, perpetua. En consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho menos a la cesión de una zona de terreno y de un puerto”.
En 1904, Bolivia, apurada, firma un tratado con Chile, en el que pierde a perpetuidad Antofagasta y, por ende, su salida al mar. Bolivia demandó a Chile ante la Corte de La Haya, debido al incumplimiento de lo que Bolivia considera como compromiso chileno de negociar la salida soberana, que se derivaría de las notas reversales boliviano-chilenas de 1950 y de la propuesta chilena de Charaña en 1975. Es decir, la Corte deberá pronunciarse en el sentido de exigir o no a Chile iniciar negociaciones para lograr la salida soberana boliviana al mar.
Chile quería quitarle la Patagonia
Con respecto a Argentina, las fronteras quedaron claramente señaladas por la heredad del Virreinato del Río de la Plata, por un lado y por la Capitanía de Chile, por el otro. Además, el rey de España, Carlos II había dispuesto que las separaría la Cordillera de los Andes. De aquí se deduce, contras las pretensiones chilenas, que la Patagonia siempre fue argentina, además de pertenecer a la Audiencia de Buenos Aires.
Chile en sus demandas contra Argentina siempre quiso acudir a arbitrajes con respectos a territorios que no eran dominados por ellos y no por los suyos, por ello siempre ganó fajas de terreno, aprovechando las crisis de gobierno gauchas. Los últimos problemas limítrofes, además del Beagle, son los casos de Laguna del Desierto —solucionado en 1994— y la zona de Hielos Continentales, este último aún por delimitar y de gran relevancia por ser una de las reservas de agua potable más importantes del mundo.
Cabe destacar que en el caso del Beagle, Chile pidió a un tribunal arbitral (Gran Bretaña) aplicar la “costa seca” a Argentina, pero la corte señaló que “toda atribución de un territorio debe ipso facto traer aparejado sus aguas anexas”, ejemplar fallo que el Tribunal de La Haya “olvidó” aplicar en el caso entre Perú y Chile.
*Periodista peruano. Miembro de la Prensa Extranjera