“yace sentado”
En el portal del diario español ABC del 29 de mayo de 2 010, en el artículo de Pablo M. Díez titulado “Tailandia, en rojo y negro”, se lee:
En el portal del diario español ABC del 29 de mayo de 2 010, en el artículo de Pablo M. Díez titulado “Tailandia, en rojo y negro”, se lee:
La rabia está a flor de piel en el multitudinario funeral del joven, que ha congregado a cientos de “camisas rojas” y a sus principales cabecillas locales. Ni siquiera el orondo Buda de la Felicidad que yace sentado bajo la pagoda de rojos tejados puntiagudos puede contener los llantos de la humilde familia.
Comentario
El verbo yacer indica posición horizontal, de alguien que está echado o tendido. No se puede yacer sentado, parado ni caminando o corriendo. En casos de estatuas u otras representaciones se utilizan determinados adjetivos como “ecuestre” (cuando el personaje representado monta un caballo), “yacente” (cuando está en posición horizontal, ojos arriba), “sedente” (cuando está sentado). En este caso se puede utilizar el adjetivo sedente o cambiar “que yace” usando otro verbo, como ver (en su forma pronominal verse).
Podríamos decir por ejemplo:
O también:
El verbo yacer indica posición horizontal, de alguien que está echado o tendido. No se puede yacer sentado, parado ni caminando o corriendo. En casos de estatuas u otras representaciones se utilizan determinados adjetivos como “ecuestre” (cuando el personaje representado monta un caballo), “yacente” (cuando está en posición horizontal, ojos arriba), “sedente” (cuando está sentado). En este caso se puede utilizar el adjetivo sedente o cambiar “que yace” usando otro verbo, como ver (en su forma pronominal verse).
Podríamos decir por ejemplo:
La rabia está a flor de piel en el multitudinario funeral del joven, que ha congregado a cientos de “camisas rojas” y a sus principales cabecillas locales. Ni siquiera el sedente y orondo Buda de la Felicidad que se ve bajo la pagoda de rojos tejados puntiagudos puede contener los llantos de la humilde familia.
O también:
La rabia está a flor de piel en el multitudinario funeral del joven, que ha congregado a cientos de “camisas rojas” y a sus principales cabecillas locales. Ni siquiera el orondo Buda de la Felicidad que se ve sentado bajo la pagoda de rojos tejados puntiagudos puede contener los llantos de la humilde familia.