En el portal del diario español El Mundo del 11 de enero de este año, con el título “Los remiendos lustran al Sevilla”, se lee:
La clasificación habla de un Sevilla portentoso. La realidad muestra cualquier cosa menos ésa. Juega poco y simple el grupo de Emery, tocado por las bajas y con problemas serios en todas las líneas. Beto se aleja cada día más de la figura de un portero fiable, la defensa sufrió la lesión de su líder Pareja, el mediocampo adolece de creatividad y arriba Bacca pasa por un momento seco. La situación no es sencilla para Unai Emery, entrenador que pese a campeonar no enamora precisamente al sevillismo, entre otras cosas por decisiones aparentemente peregrinas. Una de ellas fue la de apartar a Iborra. Merece la pena detenerse en este punto.
Comentario
Se adolece de algo malo, no de una cosa buena: “adolece de estupidez”, “adolece de cáncer”, “adolece de debilidad”, etc. La creatividad es una característica buena, por tanto, no se puede decir que se “adolece” de ella, sino que se carece. Otra posibilidad para usar adolecer es añadir la palabra “falta”, así: “adolece […] de falta de cratividad”.
Con la corrección tenemos:
La clasificación habla de un Sevilla portentoso. La realidad muestra cualquier cosa menos ésa. Juega poco y simple el grupo de Emery, tocado por las bajas y con problemas serios en todas las líneas. Beto se aleja cada día más de la figura de un portero fiable, la defensa sufrió la lesión de su líder Pareja, el mediocampo carece de creatividad y arriba Bacca pasa por un momento seco. La situación no es sencilla para Unai Emery, entrenador que pese a campeonar no enamora precisamente al sevillismo, entre otras cosas por decisiones aparentemente peregrinas. Una de ellas fue la de apartar a Iborra. Merece la pena detenerse en este punto.