En el diario La República del 11 de enero de 2009, en el artículo “100 de Losey” de Federico de Cárdenas se lee:
En 1953 Losey está en Italia rodando Embarque a medianoche y es citado por la Comisión de Actividades Antiamericanas. Decide no ir y se muda a Gran Bretaña, pasando un periodo en el que debe firmar sus películas con seudónimo. Sólo en 1957, con Tiempo sin compasión, recupera su nombre e inicia 15 años en los que hará lo mejor de su obra (Cita a ciegas, El criminal, La jungla de cemento, Eva), un cine distanciado, elegante y barroco, en el que discurren personajes conflictuados en decorados repletos. La trilogía con guiones de Pinter (El sirviente, Accidente, El mensajero) que culminó con la Palma de Oro en Cannes marca su apogeo. Retorna a EEUU, con la muy lograda Ceremonia secreta. Pero sus proyectos son rechazados por caros. Instalarse en París no lo ayuda, aunque rueda una obra maestra: El extraño señor Klein, parábola sobre el antisemitismo bajo la ocupación. Su versión de Don Giovanni es hermosa, pero La Trucha es fallida y Steaming muy menor. Murió editándola.
1) Es mejor evitar el uso del verbo “conflictuar” (y derivados), que no está en el diccionario de la Academia, por tanto, es preferible recurrir a otra palabra o paráfrasis.
2) La abreviación de Estados Unidos debe escribirse EE. UU.
3) El nombre de las películas debe ir entre comillas o en cursivas.
En 1953 Losey está en Italia rodando “Embarque a medianoche” y es citado por la Comisión de Actividades Antiamericanas. Decide no ir y se muda a Gran Bretaña, pasando un periodo en el que debe firmar sus películas con seudónimo. Sólo en 1957, con “Tiempo sin compasión”, recupera su nombre e inicia 15 años en los que hará lo mejor de su obra (“Cita a ciegas”, “El criminal”, “La jungla de cemento”, “Eva”), un cine distanciado, elegante y barroco, en el que discurren personajes enfrentados en decorados repletos. “La trilogía” con guiones de Pinter (“El sirviente”, “Accidente”, “El mensajero”) que culminó con la Palma de Oro en Cannes marca su apogeo. Retorna a EE. UU., con la muy lograda “Ceremonia secreta”. Pero sus proyectos son rechazados por caros. Instalarse en París no lo ayuda, aunque rueda una obra maestra: “El extraño señor Klein”, parábola sobre el antisemitismo bajo la ocupación. Su versión de “Don Giovanni” es hermosa, pero “La Trucha” es fallida y “Steaming” muy menor. Murió editándola.
Podría ser también “inmersos en conflictos”.