En el diario limeño La República del 22 de noviembre de este año, con el título “Sicarios liderados por mujer secuestran y golpean a joven en balneario de Máncora”, se lee:

El denunciante señaló que uno de los sujetos se identificó como “Triki”, mientras le propinaba varios golpes con la cacha de una arma de fuego en la cabeza, lo que le generó una herida de la cual emanaba sangre.

 

Comentario

1) La sangre mana, no “emana”. El verbo “emanar” es aplicable a gases y sustancias volátiles, no a líquidos, como la sangre.

2) Cuando tenemos sustantivos femeninos como arma, agua, etc., que comienzan con el acento prosódico en la vocal a, que viene a ser sílaba tónica (con o sin h), al anteponer artículos decimos el agua, el arma, el hambre, no “la agua”, “una arma”, “la arma” o “la hambre”. Si el acento prosódico no es en la primera sílaba, sí usamos artículos femeninos: la harina, una abrazadera, la astucia, etc.

Es preciso no confundir el caso de adjetivos, donde sí es aplicable el uso de artículos femeninos: la alta presión, una árida tierra, etc.

Si dudamos del género de un sustantivo y no disponemos de diccionario, añadámosle adjetivos para saberlo: agua limpia, área completa, etc.

3) Cuando no ordenamos las ideas introducimos oscuridad en el texto. En el ejemplo se habla de una herida en la cabeza, pero el texto dice “arma de fuego en la cabeza”. Este desorden podría haber causado mayor confusión si la herida hubiese sido en la mano: “…varios golpes con la cacha de un arma en la mano…”. Entonces nos preguntaríamos: ¿de qué mano hablamos, del agresor o de la víctima?

 

Podemos decir por ejemplo:

El denunciante señaló que uno de los sujetos se identificó como “Triki”, mientras le propinaba varios golpes en la cabeza con la cacha de un arma de fuego, lo que le generó una herida de la cual manaba sangre.