Los ciclistas, hombres y mujeres, incomodaron a las autoridades chinas, que señalan que la contaminación atmosférica no es tan seria como para emplear dichas máscaras.
En el Reino Unido, la universidad Brunel también ha diseñado máscaras con una tecnología especial, que incluye un filtro con carga electrostática, pero que sólo se entregarán a los atletas que las requieran.
Los especialistas señalaron que la máscara no es necesaria, a menos que algunos de los atletas padezcan de una dolencia respiratoria que les produzca una sensibilidad particular y que el aire esté extremadamente contaminado.
Los organizadores acusan a la prensa de haber exagerado acerca de la polución en Beijing, además de haber confundido el vapor de agua con el aire contaminado, y por haber señalado que la atmósfera de la capital podría ser perjudicial para la salud de los deportistas, pues de haber algún efecto, éste podría darse sólo a largo plazo.
Según las autoridades chinas, el nivel de contaminación del aire de la ciudad es de 88, índice por debajo del 101 considerado perjudicial en China, pero en realidad es más alto que el estándar de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 50.
Los chinos indican que los estándares de la OMS nunca fueron presentados para guiar a gente que es visitante temporal de un lugar, sino para los residentes, por lo que hay una seria desinformación que lleva a hacer creer que puede perjudicar a los atletas y espectadores, lo que no es posible, a menos que padezcan de algún problema médico particular.
No obstante, los chinos monitorizarán la contaminación ambiental y publicarán los registros y las predicciones para los tres días siguientes.