Conmoción ha causado el nuevo giro del caso de la niña Madeleine McCann, que habría sido vista en una tienda de Ámsterdam, pocos días después de la desaparición —en mayo de 2007—, hecho que fue denunciado por la vendedora a la policía portuguesa de inmediato, pero que recién se conoce.
Según la vendedora, Anna Stam, los acompañantes de la niña eran un hombre que hablaba portugués y una mujer que hablaba inglés, con otros dos niños más, y que le dijeron que tenían un pequeño circo en Francia.
Cuando la vendedora estaba al fondo de la tienda, la pequeña se acercó a decirle, en inglés sin dejo: “¿sabes donde está mami?”. La vendedora le respondió que su madre está allí atrás, a lo que la niña dijo: “ella no es mi mami, es una extraña que me cogió de mi mami”, también dijo llamarse Maddy.
Entonces Stam preguntó a la niña, dónde vio a su madre, a lo que respondió: “Me tomaron de mis vacaciones”, y Stam le preguntó dónde, pero la niña no sabía responderle, tampoco si sus vacaciones eran un campamento o en un hotel. Stam le ofreció una pelota, pero no la quería y en ese momento la pareja llamó a la niña, pero con otro nombre más largo, aunque no se acuerda cuál.
La pequeña parecía lista y tenía cabello castaño oscuro, peinado en cola, ojos grandes verdes-pardos, un rostro pálido inexpresivo y se parecía mucho a Madeleine McCann, excepto en el cabello, según la descripción de Stam, registrada en los archivos policiales portugueses.
El portavoz de los McCann manifestó que era “trágico” esta clase de información recién haya sido revelada y añadió que es una desgracia que recién se divulgue, pues es una información primaria que debería haber seguido por la policía.
Hasta el momento no se sabe lo que la policía portuguesa hizo con esa información. Por otro lado, de estos archivos se conoció que la policía portuguesa había sido criticada duramente por los fiscales, que condenaban a los detectives por no establecer elementos de prueba sobre lo que sucedió y que tampoco sustentó ninguna de las razones por las cuales consideraban sospechosos a los padres de pequeña.
Otro hecho deplorable que se conoció de los archivos es la inacción de la policía portuguesa, pues nunca difundió los identikits —proporcionados por dos turistas británicos— que tenía de sospechosos que habían sido vistos en Praia da Luz antes de la desaparición de Madeleine.
Resulta incomprensible que en Europa se hayan ocultado estos hechos, tratándose de algo tan grave como la desaparición de una niña. Para colmo, uno de los encargados portugueses de la investigación acaba de publicar un libro, en el que acusa a los McCann e insinúa que Madeleine murió en forma accidental y que sus padres desaparecieron el cuerpo.