Un terremoto de magnitud 7.3 causó tsunami leve en la costa nororiental de Japón, que dejó daños menores, lo que demuestra una vez más la preocupación de las autoridades japonesas en la vigilancia de la calidad antisísmica de las construcciones.
Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, el epicentro fue localizado en el océano, 245 kilómetros al sureste de Kamaishi y 462 kilómetros al noreste de Tokio, con hipocentro a 36 kilómetros de profundidad.
El movimiento telúrico causó alarma por un potencial daño a la planta nuclear de Fukushima, que no está recuperada del todo desde el terremoto de marzo de 2011. Funcionarios de la planta informaron que ordenaron a los trabajadores refugiarse en edificios cercanos.
Menos de una hora después de del terremoto, un tsunami ingresó en la costa de Ishinomaki, que sufrió los embates del tsunami de 2011. Esta vez el tsunami sólo alcanzó un metro de altura, sin llegar a causar daños mayores. Otros tsunamis pequeños fueron observados en diversas zonas costeras orientales.
Las autoridades cerraron el aeropuerto de Narita por seguridad, mientras que las líneas telefónicas cayeron por la avalancha de usuarios que buscaban por comunicarse.
En Tokio, pese a la distancia, se sintió la sacudida, ocurrida a las 08:18 h GMT (18:18 en el epicentro).
La policía japonesa informó que hubo cinco heridos, uno de ellos una mujer de 75 años, que sufrió una caída cuando buscaba alejarse de la costa.