En la víspera del Año Nuevo fueron revelados 3.000 nuevos emails de Hillary Clinton de la época en que ocupaba el cargo de secretaria de Estado de EEUU. Ellos fueron reproducidos por varios medios estadounidenses, incluyendo la CNN.
Los historiadores quedarán sorprendidos por algunas revelaciones explosivas contenidas en los nuevos emails en relación a Libia: la legitimación de los crímenes de guerra rebeldes, operaciones especiales británicas y francesas en el interior de Libia al inicio de las protestas contra Gadafi, la integración de los terroristas de Al Qaida en el seno de la oposición apoyada por los países occidentales etc.
Los escuadrones de la muerte de la OTAN
Las informaciones recogidas por Sidney Blumenthal para Hillary Clinton contienen pruebas claras sobre crímenes de guerra cometidos por los “rebeldes” libios apoyados por la OTAN. Citando una fuente de un comandante rebelde “con el que habló con toda confidencialidad”, Blumenthal dice a Clinton:
“Tomando la palabra bajo la más estricta confidencialidad, un comandante rebelde declaró que sus tropas continúan ejecutando sumariamente a todos los mercenarios extranjeros (que luchaban a favor de Muammar el Gadafi) durante los combates”.
Mientras que la ilegalidad de las ejecuciones extrajudiciales es fácil de reconocer (los grupos implicados en estos crímenes son llamados de forma clásica “escuadrones de la muerte”), el aspecto más siniestro es la consideración como “mercenarios extranjeros” de los combatientes de origen subsahariano y, de hecho, a civiles negros.
Existe una abundante documentación en manos de los periodistas, los investigadores y los grupos de defensa de los derechos humanos que demuestran que los civiles negros libios y trabajadores subsaharianos contratados por compañías libias, una población favorecida por Gadafi debido a su política en favor de la unidad africana, fueron objeto de una brutal limpieza étnica,
La masacre de Tawerga
Los libios negros fueron a menudo estigmatizados como “mercenarios extranjeros” por la oposición rebelde -formada sobre todo por grupos extremistas vinculados a Al Qaida- por su fidelidad general hacia Gadafi en tanto que comunidad y fueron sometidos a torturas y ejecuciones y sus ciudades fueron “liberadas” mediante la limpieza étnica y asesinatos masivos. El ejemplo más documentado es el de Tawerga, una ciudad en la que residían 30.000 libios negros. Esta población desapareció en su totalidad después de su captura por un grupo rebelde apoyado por la OTAN: las Brigadas de Misrata.
Estos ataques son bien conocidos y prosiguieron hasta 2012, como confirma este artículo del Daily Telegraph:
“Después de que Muammar Gadafi fuera muerto, centenares de trabajadores inmigrantes que procedían de los estados vecinos fueron detenidos por los combatientes aliados a las nuevas autoridades interinas. Ellos acusaron a los negros africanos de ser mercenarios al servicio del antiguo dirigente”.
Parece que Hillary Clinton fue personalmente informada sobre los crímenes de guerra de sus aliados, los rebeldes anti-Gadafi, muchos antes de que ellos cometieran los peores crímenes de genocidio.
Al Qaida y las fuerzas especiales de Francia y el Reino Unido en Libia
En el mismo email de Sydney Blumenthal éste confirmó igualmente lo que se ha convertido en un tema muy conocido, el de las insurrecciones apoyadas por Occidente en Oriente Medio y la colaboración entre las fuerzas militares occidentales y las milicias vinculadas a Al Qaida.
Blumenthal informa que “una fuente extremadamente sensible” confirmó que unidades especiales británicas, francesas y egipcias formaron a las milicias rebeldes libias a lo largo de la frontera entre Libia y Egipto, así como en los suburbios de Bengasi.
Mientras que los analistas han especulado durante largo tiempo acerca de la presencia de tropas occidentales sobre el terreno durante la guerra libia, este mensaje constituye la prueba definitiva sobre el papel desempeñado por aquellas y su presencia sobre el terreno en el mes que conoció las primeras manifestaciones contra el régimen de Gadafi, que estallaron en febrero de 2011 en Bengasi.
El 27 de marzo en lo que se suponía era “un levantamiento popular”, los agentes de los servicios especiales británicos y franceses “supervisaban la transferencia de armas a los rebeldes”, incluyendo armas de asalto y municiones.
El temor francés a una moneda panafricana
La Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU propuesta por Francia estableció una zona de exclusión aérea sobre Libia “con el objeto de proteger a los civiles”. Sin embargo, un email enviado a Clinton en abril de 2011 expresa intenciones menos nobles.
El email identifica al entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy, como líder del ataque a Libia y señala cinco objetivos a conseguir: obtener el petróleo libio, asegurar la influencia francesa en la región, aumentar la reputación de Sarkozy a nivel nacional, afirmar la potencia militar francesa y evitar la influencia de Gadafi en lo que consideraba como el “África francófona”.
Lo más sorprendente es la mención a la amenaza que el oro y el dinero de las reservas libias, estimadas en 143 toneladas de oro y un montante similar en dinero, “podrían suponer para franco CFA en circulación como moneda oficial en el África francófona”.
Una de las principales causas de la guerra, pues, fue el deseo francés de impedir la creación de una monda panafricana basada en el dinar de oro libio, un proyecto que se enmarcaba en los intentos de Gadafi por promover la unidad de África. Esto hubiera dado a los países africanos una alternativa al franco CFA, que constituye una de los factores del dominio necolonial de la economía del África Central por parte de Francia.
http://www.almanar.com.lb/spanish/adetails.php?fromval=1&cid=24&frid=24&eid=116400