Bogotá, 11 may (Sputnik).- Organismos multilaterales defensores de derechos humanos manifestaron preocupación el lunes por los ataques con armas de fuego del que fueron objeto el domingo indígenas en Colombia que mantienen un paro indefinido en la ciudad de Cali (suroeste), en protesta por una serie de exigencias que hacen al Gobierno central.
 
 

indigena Cauca

 

 
"La CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) manifiesta su profunda preocupación sobre ataques con armas de fuego en contra de la minga (congregación) indígena ocurrido el 9 de mayo en Cali, dejando al menos ocho personas indígenas manifestantes heridas", señaló el organismo en Twitter.
 
Más temprano, la representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Juliette de Rivero, hizo un llamado a la calma en medio de las protestas en Colombia, en especial en la ciudad de Cali.
 
"Llamamos a la calma a todas las personas, especialmente en Cali, y al respeto a la vida y los derechos fundamentales. La garantía de derechos humanos se obtiene a través del diálogo y la no violencia. Urgimos: no más violencia, no más violencia: Juliette de Rivero", escribió la funcionaria en Twitter.
 
El lunes, Colombia cumplió 13 días de manifestaciones que iniciaron el 28 de abril en rechazo a la radicación en el Congreso de una polémica reforma fiscal impulsada por el Gobierno, que ante la presión de las movilizaciones debió retirarla el domingo 2 de mayo.
 
Sin embargo, las manifestaciones se han mantenido para exigir otras medidas al Gobierno, entre ellas retirar el proyecto de reforma a la salud, desmilitarizar los campos y ciudades, cumplir el acuerdo de paz con la exguerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y desmantelar las organizaciones criminales.
 
En el marco de esas movilizaciones, miles de indígenas llegados del departamento del Cauca (suroeste) y asentados en Cali han bloqueado vías de la ciudad y carreteras que comunican con ella, por lo que habitantes de varios sectores denuncian que se sienten sitiados por la minga indígena, cuyos bloqueos han generado desabastecimiento de alimentos y de combustibles.
 
El domingo, habitantes de un barrio del sur de Cali se enfrentaron con los indígenas luego de que intentaron quitar las barricadas que los mantiene encerrados en sus calles desde que comenzó la protesta, lo que derivó en fuertes enfrentamientos, en los cuales algunos de esos habitantes sacaron armas y dispararon contra los nativos, de los cuales hay ocho heridos.
 
Durante los disturbios varios vehículos fueron incinerados y algunas viviendas resultaron averiadas.
 
Los indígenas señalan a esos residentes de haber actuado "como paramilitares" y de ser partidarios del uribismo, movimiento liderado por el expresidente Álvaro Uribe, que se dice contrario a las manifestaciones y bloqueos.
 
En el marco de las movilizaciones contra el Gobierno han sido documentados abusos de la Fuerza Pública, algunos de cuyos integrantes han disparado armas de fuego contra personas y reprimido con violencia a manifestantes.
 
Ante tales abusos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión Europea y organizaciones de derechos humanos, entre otros, han denunciado ante la comunidad internacional un uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía de Colombia.
 
Hasta el 9 de mayo, la Defensoría del Pueblo informó de 26 manifestantes muertos y un policía fallecido en el marco de las protestas. (Sputnik)