Por Carlos Chávez
 
Moscú, 13 may (Sputnik).- El conflicto entre israelíes y palestinos entra en una nueva fase con la retórica belicista de ambos bandos. Las fuerzas israelíes amenazaron con lanzar una operación terrestre en Gaza que podría ser en cuestión de horas, mientras que el movimiento palestino Hamás que gobierna ese territorio declaró que no respetará líneas rojas.
 
 

demolicion viviendas palestinas

 

 
Jonathan Conricus, portavoz del Ejército israelí, aseguró que los soldados se estaban preparando para una operación terrestre en la Franja de Gaza. "Las tropas (...) se encuentran en distintas etapas de preparación (...) pero de momento no ha habido una orden", dijo.
 
Las Brigadas al Qasam, el brazo armado de Hamás, recalcaron que cuando se trata de Jerusalén no les detendrá ninguna línea roja. "Atacamos Tel Aviv, Jerusalén, Dimona y otras ciudades. Si el asunto atañe a Jerusalén y la mezquita de Al- Aqsa, no hay línea roja que valga", advirtió Abu Obaida, vocero de la formación, en un vídeo publicado en Internet.
 
El intercambio de ataques que se producen desde el lunes se ha saldado hasta el momento con más de 80 palestinos muertos, entre ellos 17 niños. Por el lado israelí, las víctimas mortales ascienden a siete, entre ellos un militar.
 
Rusia, Estados Unidos y otras potencias pidieron a israelíes y palestinos a detener los bombardeos para evitar nuevas muertes, pero los llamados son infructuosos, mientras crece el temor a una inminente operación terrestre israelí en Gaza que tendría consecuencias nefastas para la población civil.
 
HUELLAS DEL PASADO
 
El mundo recuerda la operación militar israelí de 2004, cuando el Gobierno de Tel Aviv envió a Gaza más de 2.000 soldados, un centenar de tanques, más de 100 acorazados, así como excavadoras, helicópteros de ataque. Los militares israelíes mataron más de un centenar de palestinos, la mitad de ellos civiles, de acuerdo con los datos de las entidades sanitarias. El alto mando del Ejército israelí calificó de exitosa la operación que duró dos semanas.
 
El 28 de junio de 2006, las fuerzas de Israel invadieron Gaza tres días después de que combatientes palestinos capturaran al cabo Guilad Shalit. Los soldados israelíes dieron muerte al menos a 240 palestinos, la mitad eran civiles y entre ellos casi 50 niños.
 
Cuatro meses después, el 1 de noviembre, las tropas de Tel Aviv volvieron a Gaza con artillería pesada y aviones de guerra para buscar y destruir los depósitos y los talleres que producían armas. Los ataques dejaron un saldo de más de 40 muertos.
 
Según la información de la ONU, las fuerzas israelíes arrasaron con casas, escuelas, hospitales, templos, edificios públicos, puentes, la red de distribución de agua potable y las líneas eléctricas, así como los campos de cultivo.
 
El 25 de noviembre de 2006 los dos bandos sellaron un acuerdo de alto el fuego. Las operaciones israelíes no llevaron a la liberación de Shalit. El cabo sería finalmente canjeado por más de 1.000 palestinos prisioneros solo cinco años después, el 18 de octubre de 2011.
 
En 2008, del 29 de febrero al 3 de marzo, las tropas israelíes entraron en el norte de Gaza en represalia por el disparo de varios cohetes. La incursión relámpago terminó con 118 palestinos muertos. Los israelíes sumaron dos bajas militares y un civil.
 
BAÑO DE SANGRE
 
La operación terrestre Plomo Fundido, la más sangrienta de Israel, se produjo del 27 de diciembre de 2008 al 18 de enero de 2009. Los 22 días de constantes bombardeos de la aviación dejaron más de 1.400 palestinos muertos, según denunciaron los defensores de derechos humanos. El alto mando israelí reconoció solo 1.166 muertes. Entre las víctimas mortales se encontraban casi 90 niños y 49 mujeres. Fuentes médicas informaron de unos 4.500 heridos.
 
Los daños causados por las bombas israelíes se estimaron en más de 1.500 millones de dólares. El 14% de las edificaciones fueron destruidas, entre ellas más de 4.000 viviendas, 48 edificios públicos, 30 comisarias, 20 mezquitas, 18 escuelas, varios hospitales, autopistas, las líneas eléctricas y otras infraestructuras.
 
El 8 de julio de 2014, las fuerzas israelíes iniciaron su operación Margen Protector para debilitar la capacidad militar de Hamás. Si hasta el día 17 de ese mes las acciones de los israelíes se limitaban a los bombardeos aéreos, el 22 de julio las tropas invadieron Gaza para destruir los túneles de la facción palestina. Cuatro días después se alcanzó un alto el fuego indefinido.
 
Los ataques israelíes se saldaron con la muerte de 1.462 civiles palestinos, un tercio de ellos niños, según estimaciones de la ONU. Por el lado israelí, se registraron seis muertos y unos 1.600 heridos.
 
Conforme a los datos de funcionarios palestinos, las bombardeos israelíes destruyeron más de 60.000 viviendas, lo que desató una crisis humanitaria con más 400.000 refugiados.
 
Ahora, el conflicto al parecer deriva nuevamente hacia un escenario similar. El Consejo de Seguridad de la ONU no pudo aprobar el 12 de mayo, debido a la intransigencia de Estados Unidos, una declaración que pedía el cese del fuego. (Sputnik)