Aleksandr Dunáev
 
Un nuevo año escolar bajo el signo del covid-19 comienza en Italia, con mascarillas en las aulas, pase sanitario obligatorio para padres y docentes, y más de 100.000 maestros aún no vacunados.
 
 

escuela mascarillas covid 2021

 

 
TERCER AÑO ESCOLAR CON EL CORONAVIRUS
 
Este lunes en diez regiones italianas los alumnos volvieron a clase, mientras en los demás territorios las escuelas reabrirán en los próximos siete días. Igual que el año pasado, las normales actividades educativas se ven alteradas por las medidas de prevención por el covid-19: los niños y los maestros deben llevar las mascarillas y mantener la distancia social de un metro.
 
También hay novedades. Según las últimas disposiciones del Gobierno, cualquier adulto que entre en los colegios tiene que presentar un pase sanitario válido: lo pueden obtener los que han completado la pauta de vacunación, se han curado del covid-19 en los seis meses anteriores o han dado negativo en una prueba del virus en las últimas 48 horas.
 
La medida se extiende no sólo a los docentes o al personal administrativo, sino también a los padres que llevan a sus hijos a la escuela y a los eventuales acompañantes de los alumnos, ya sean otros parientes o niñeras.
 
Si durante el control se descubre que el pase de un empleado lleva caducado más de cinco días, lo suspenderán y lo dejarán sin sueldo. A su vez, los que ni siquiera lo tienen, corren el riesgo de incurrir en multas que van de los 400 a los 1.000 euros.
 
Hace unos días las autoridades anunciaron la apertura de una plataforma que permite a los directores de escuelas controlar en tiempo real los pases de los empleados. Este lunes "la plataforma está activa desde las 7 de esta mañana, se han hecho más de 900.000 comprobaciones", según declaró con entusiasmo el ministro de Educación, Patrizio Bianchi, precisando que actualmente el sistema funciona en 4.500 de las 8.000 escuelas italianas, lo que le parece "un resultado extraordinario".
 
REACCIONES DE PADRES Y DOCENTES
 
Algo menos entusiastas parecen los directores, maestros y padres. Para empezar, el control de los pases requiere un cierto tiempo, con lo cual se pueden formar colas en la entrada y la salida de las escuelas, lo que, a su vez, crea el riesgo de concentración de gente, un ambiente ideal para la propagación del virus.
 
También surgen dudas acerca de la eficacia del certificado de vacunación. "El pase verde que se nos impone no es una panacea. Si un maestro se vacunó y obtuvo el pase verde, pero después estuvo en contacto con un enfermo de covid, puede contagiarse él mismo y transmitir el virus a otros", comenta a la agencia Sputnik Elena, madre de un alumno de una escuela en el sur de Roma.
 
"No estoy de acuerdo con estas medidas, pero me he tenido que vacunar. En realidad, no tengo elección: si no obedezco, pierdo el trabajo y ya sabe lo difícil que es encontrar un empleo ahora", dice la maestra Giorgia.
 
MAESTROS ANTIVACUNAS
 
No todos los enseñantes italianos se comportan como ella. Casi un 7 por ciento del cuerpo docente nacional, a saber, más de 100.000 personas, aún no ha recibido ni una sola dosis de vacuna.
 
Sin embargo, la situación varía mucho de una región para otra. En Lacio, Campania, Abruzos o Toscana ya está inmunizado el 100 por ciento de los educadores, pero también hay territorios donde no faltan los renitentes, como Lombardía, Piamonte o Sicilia. La peor situación se observa en Calabria, donde siguen sin inocularse más de un cuarto de los docentes.
 
Entre maestros y padres son muchos los que no esconden su descontento con la mano de hierro del Gobierno en lo relativo a la vacunación. Pero las autoridades declaran que harán de todo para alejar el espectro de la enseñanza a distancia y no parece que las críticas puedan obligarlas a dar marcha atrás.
 
Es más, el pasado 9 de septiembre el Consejo de ministros aprobó un nuevo decreto que impone la vacunación obligatoria incluso a los empleados de las empresas que prestan servicios de comedor, limpieza y guardia en las escuelas. En el ámbito educativo italiano el espacio en torno a los antivacunas se restringe cada vez más. 
 
 
Con información de Sputnik