El registro de armas que otorga el Ejército brasileño a particulares que se presentan como cazadores, francotiradores o recolectores (CACs) creció 121 por ciento con respecto a los números de 2018, según estadísticas del Comando del Ejército que publica la revista Veja.
 
 

criminalidad armas de fuego

 

 
Durante el segundo año de la administración del presidente Jair Bolsonaro, "el número saltó de 47.361 a 104.933", consigna la publicación, que indica que los números fueron en ascenso también durante el Gobierno de Michel Temer (2016-2018).
 
Asimismo, en los primeros seis meses de 2021 ya se han otorgado 95.926 permisos, lo que demuestra que la tendencia sigue en alza y debería llevar a un nuevo récord histórico a fin de este año.
 
Entre los estados que se destacan por la cantidad de pedidos de licencias están Paraná y Santa Catarina (ambos en el sur), que conforman la V región militar.
 
Entre las dos regiones registraron 26.658 nuevos portadores; el porcentaje de aumento fue del 266 por ciento. Sin embargo, en proporción, la región ocupa el segundo lugar.
 
Es la VIII región militar la que está a la cabeza, con Maranhão, Pará y Amapá (nordeste), que tuvieron 583 registros en 2018 y, 3.462 en 2020. El crecimiento allí fue del 494 por ciento.
 
La administración Bolsonaro estuvo marcada por las armas de fuego aún desde la campaña presidencial. Una vez en la Alvorada, el mandatario firmó decenas de decretos y ordenanzas para facilitar que la población esté armada.
 
"Las armas se han convertido en la segunda pasión nacional después del fútbol", dijo a Veja el jefe de la Policía de Control de Armas y Químicos de Tocantins, Pedro Ivo.
 
El hombre, además, confirmó que la mayoría de los compradores son propietarios rurales. 
 
 
Con información de Sputnik