China insta a la comunidad internacional a tomar medidas conjuntas para evitar que Australia viole el Tratado sobre la no Proliferación de las Armas Nucleares, algo que ocurriría, según Pekín, si recibe de EE. UU. y del Reino Unido submarinos nucleares y su tecnología de fabricación, declaró el jueves el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Wu Qian.
"China hace un llamado a la comunidad internacional para que actúe conjuntamente y tome medidas efectivas para detener ese tipo de acciones peligrosas", subrayó el representante del ministerio chino.
El funcionario destacó que Washington y Londres exportarán a Canberra, que no posee armas nucleares, la tecnología, los equipos y los materiales nucleares, en particular, uranio altamente enriquecido, que puede usarse para producir armas atómicas.
"La cooperación de EE. UU., Gran Bretaña y Australia crea un grave riesgo de proliferación nuclear y viola el espíritu del Tratado sobre la no Proliferación de las Armas Nucleares", recalcó el representante de la cartera castrense.
Además, en el marco del sistema de salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), no será posible verificar cómo Australia utilizará esos materiales nucleares, alertó Wu.
"Se trata de un acto descarado de proliferación nuclear", denunció el portavoz.
Wu hizo hincapié en que EE. UU. y el Reino Unido se comportan de una manera extremadamente irresponsable, aplicando un doble rasero al tema de las exportaciones nucleares, lo que podría alentar a otros Estados no poseedores de armas atómicas a seguir su ejemplo, con unas consecuencias nefastas de gran alcance.
Al mismo tiempo, según el portavoz, Australia, "al importar tecnologías estratégicas militares para la fabricación de submarinos nucleares y uranio altamente enriquecido", incumplirá sus obligaciones internacionales en materia de no proliferación.
El portavoz instó a Australia, Estados Unidos y el Reino Unido a abandonar la mentalidad de la guerra fría y revertir la decisión errónea relacionada con los submarinos nucleares, reemplazándola por esfuerzos a favor de la paz y la estabilidad en la región.
El 15 de septiembre, Estados Unidos, el Reino Unido y Australia anunciaron un nuevo programa en materia de defensa con el nombre de Aukus, que en la primera fase supone la construcción de ocho submarinos nucleares para el país oceánico.
Al día siguiente, el primer ministro australiano, Scott Morrison, anunció que Canberra rompía un contrato de submarinos de la clase Barracuda, de casi 66.000 millones de dólares, firmado con la francesa Naval Group, decisión que París calificó como "puñalada por la espalda".
Con información de Sputnik