¿Qué quiso decir el enviado ruso en la ONU al señalar que Israel no tiene derecho a la autodefensa?
Las potencias occidentales han adoptado un enfoque de doble rasero ante el conflicto palestino-israelí y otras confrontaciones similares, dijo el representante permanente de Rusia ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU), Vasili Nebenzia, durante la sesión especial de la Asamblea General sobre Israel y Palestina.
Vasili Nebenzia, representante permanente de Rusia ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU)
El diplomático ruso acusó este 2 de noviembre a Estados Unidos y a sus aliados de hipocresía absoluta.
Según él, en situaciones de crisis los países occidentales se apresuran a sermonear a otros para que cumplan con el derecho humanitario y establezcan comisiones de investigación. Además, se apresuran a “imponer sanciones contra aquellos que usan la fuerza solo como una medida extrema para detener la violencia de años”.
Sin embargo, en la crisis palestina-israelí Washington guarda silencio sobre “la horrible destrucción en Gaza, que supera todo lo que critican en otros contextos regionales en múltiples ocasiones: ataques contra instalaciones civiles, la muerte de miles de niños y el horrible sufrimiento de los civiles en medio de un bloqueo total”.
El único objetivo de Estados Unidos y sus aliados es insistir en el derecho de Israel a la autodefensa, señaló el embajador ruso ante la ONU; no obstante, existe un problema legal: según el derecho internacional, Israel no cuenta con ese privilegio debido a que es una “potencia ocupante”, esto de acuerdo con el fallo consultivo de la Corte Internacional, expedido en 2004.
Ante ello, Nebenzia aclaró que Rusia reconoce “el derecho de Israel a garantizar su seguridad”, haciendo hincapié en la necesidad de “una resolución justa del problema palestino basada en las resoluciones reconocidas del Consejo de Seguridad de la ONU”.
“El embajador Vasili Nebenzia tiene razón al afirmar que Israel es un Estado ocupante. Sus acciones en Palestina han sido declaradas ilegales en innumerables resoluciones de las Naciones Unidas”, dijo a Sputnik el profesor Alfred de Zayas, especialista independiente y excolaborador de la ONU sobre el orden internacional.
“La obligación de Israel en virtud de la Resolución 242 del Consejo de Seguridad, que data del 22 de noviembre de 1967, es retirarse de los territorios ocupados y permitir la aplicación práctica del derecho a la libre determinación del pueblo palestino, [que es] inalienable y está consagrado en los artículos 1 y 55, capítulos XI y XII de la Carta de las Naciones Unidas, así como en el artículo 1 común al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC)”, añadió el experto.
De Zayas recordó el fallo de la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que fue dado a conocer en 2004 y reafirma el derecho a la libre determinación del pueblo palestino, además de que documenta las violaciones en serie de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional perpetradas por Israel.
“A pesar del lenguaje claro de la CIJ, Israel no ha implementado ninguna de las sentencias específicas de la Corte y ha sido capaz de burlarse de la ONU una y otra vez porque Estados Unidos ha abusado de su derecho de veto en el Consejo de Seguridad (¡aproximadamente 80 veces!) para proteger a Israel de la condena y las sanciones de Naciones Unidas”, continuó el experto independiente retirado.
¿Cuáles son las obligaciones de una “potencia ocupante”?
De Zayas destacó que, en el marco de los fallos de la Corte, Israel no tiene derecho a la autodefensa, sino que debe guiarse por las regulaciones internacionales para una “potencia ocupante”. La cuestión ha sido planteada repetidamente en la ONU por diplomáticos palestinos.
El 21 de mayo de 2021, el observador permanente de la Autoridad Palestina ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, insistió en su carta al organismo internacional que “el principio de legítima defensa no puede ser aplicado por Israel a sí mismo en el territorio ocupado del Estado de Palestina”.
“Como reafirmó el Consejo de Seguridad en su resolución 1860 (2009), la Franja de Gaza es parte integrante del territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén, donde ha estado presente Israel desde 1967”, señalaba la misiva.
Mansour argumentó que, como potencia ocupante, Israel está “obligado por las disposiciones pertinentes de la Cuarta Convención de Ginebra y todas las demás disposiciones pertinentes del derecho internacional, incluidas las resoluciones de las Naciones Unidas”.
El derecho internacional estipula que los “Estados ocupantes” tienen mayores responsabilidades para proteger a las poblaciones locales y están obligados a proporcionarles los suministros básicos de salud y seguridad.
Sin embargo, desde el punto su punto de vista Israel no se estima una potencia ocupante, dado que el Estado de Palestina es parcialmente reconocido y está clasificado como “Estado observador no miembro” en las Naciones Unidas.
Tel Aviv no está de acuerdo con el concepto de que ha “ocupado” la Franja de Gaza desde 1967, argumentando que se retiró completamente de la región en 2005 y la zona ha sido gobernada por facciones palestinas desde entonces.
Israel también desafía las decisiones de la CIJ y la CPI. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) es un tribunal civil establecido por la ONU que conoce de las disputas entre países, pero sus opiniones consultivas no son vinculantes en gran medida.
Por el contrario, la Corte Penal Internacional (CPI), fundada en virtud del Estatuto de Roma, es capaz de enjuiciar a las personas. En particular, intentó anteriormente investigar posibles crímenes de guerra en los territorios palestinos, pero fue en vano, ya que Israel no es parte del Estatuto de Roma y, por lo tanto, no reconoce la autoridad del tribunal.
“La cultura de la impunidad de Occidente”
Occidente se ha pronunciado sobre la adhesión a las sentencias de la CPI, pero nunca ha condenado a Israel por su falta de voluntad para ratificar el Estatuto de Roma y participar en las investigaciones de la corte internacional.
Del mismo modo, Washington se apresuró a imponer sanciones el 2 de septiembre de 2020 a la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, por los esfuerzos del organismo para investigar al personal militar del país norteamericano.
“Nosotros en Occidente tenemos una cultura de impunidad”, reconoció De Zayas. “Los crímenes de [Washington] en Vietnam, Afganistán, Irak, Libia, Siria, entre otros, han quedado impunes.
“No es de extrañar que no condenemos los ataques militares de Israel, también porque somos cómplices de ellos, ya que prestamos una enorme ayuda militar y financiera a Israel, lo que le permite continuar su colonización de Palestina y reprimir la autodefensa de los palestinos”, criticó.
“El Occidente colectivo también tiene una cultura del engaño, y mientras les hemos estado diciendo retóricamente a los palestinos que reconocemos su derecho a la autodeterminación, al mismo tiempo cofinanciamos la apropiación de tierras por parte de Israel y los nuevos asentamientos en tierras palestinas”, añadió el especialista.
El silencio de Occidente sobre los horribles sufrimientos del pueblo palestino es vergonzoso, según Christopher C. Black, abogado penalista internacional con 20 años de experiencia en temas relacionados con crímenes de guerra y relaciones internacionales.
“Los países que se niegan a condenar el ataque de Israel contra Gaza, que solo puede describirse como un campo de concentración israelí para palestinos, no lo hacen porque Israel es una parte importante de la estructura de hegemonía mundial que EE. UU. y sus aliados están tratando de establecer, donde usa a [la nación liderada por Benjamín Netanyahu] para hacer el trabajo sucio en Oriente Medio”, aclaró para Sputnik.
“El pueblo judío se convirtió una vez más en peón de la política de poder. Se puede argumentar que tanto los judíos como los palestinos han sido degollados en beneficio de EEUU, Gran Bretaña, Francia y el resto. En lugar de vivir en paz unos con otros en un Estado, se han visto obligados a un conflicto continuo. Las consecuencias para ambos pueblos son más que trágicas”, concluyó el abogado penalista internacional.
Sputniknews, 03.11.2023