El Secretario General de la ONU, António Guterres, subrayó el lunes la necesidad de apoyar un llamamiento humanitario de 1.200 millones de dólares para ayudar a casi tres millones de personas en todo el Territorio Palestino Ocupado.
“La pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de la humanidad”, dijo ante periodistas en la sede de la ONU en Nueva York, pero cuando se cuentan más de 10 mil fallecidos por el genocidio israelí contra civiles en Gaza, Guterres no llama a los hechos por su nombre: genocidio perpetrado por Israel contra civiles indefensos, un 60% de ellos niños. Hace unos días la ONU se contentó con decir que había “riesgo de genocidio”. ¿Cuántos miles de niños más deben morir para que la ONU no solo llame genocidio a esta carnicería y la condene?
Escena diaria, niños asesinados contados por cientos en Gaza.
También expresó su grave preocupación por el aumento de la violencia y la expansión del conflicto entre las fuerzas israelíes y los militantes de Hamás, afirmando que “la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, está en un punto de ebullición”.
‘Un cementerio para niños’
Guterres destacó cómo “la catástrofe que se desarrolla en Gaza hace que la necesidad de un alto el fuego humanitario sea más urgente cada hora que pasa”, y enfatizó que la protección de los civiles es primordial. Una vez más no quiere decir genocidio, las catástrofes pueden no tener culpables al ser naturales, pero los genocidios tienen autores.
“Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños. Según los informes, cientos de niñas y niños mueren o resultan heridos cada día”, afirmó.
Un reportero palestino ante sus cuatro hijos fallecidos en un campo de refugiados atacado por Israel.
“Según se informa, han sido asesinados más periodistas en un período de cuatro semanas que en cualquier conflicto en al menos tres décadas. Han sido asesinados más trabajadores humanitarios de las NacionesUnidas que en cualquier período comparable en la historia de nuestra organización”.
El llamamiento humanitario–lanzado por la ONU y sus socios ayudará a toda la población de la Franja de Gaza y a medio millón de palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental.
Guterres dijo que aunque parte de la ayuda está llegando a Gaza a través del cruce de Rafah desde Egipto, este “goteo de asistencia no satisface el océano de necesidades”.
En las últimas dos semanas, 400 camiones han hecho el viaje, en comparación con los 500 que hacían por día antes del conflicto, y las entregas de ayuda no han incluido el combustible que se necesita desesperadamente.
"Sin combustible, los recién nacidos en incubadoras y los pacientes con soporte vital morirán", advirtió. “El agua no puede ser bombeada o purificada. Las aguas residuales sin tratar pronto podrían comenzar a fluir a las calles, propagando aún más las enfermedades. Los camiones cargados con ayuda crítica quedarán varados.
Un menor no pudo resistir las lesiones y pereció, Gaza.
Alto el fuego humanitario ahora
El Secretario General dijo que el camino a seguir es claro y reiteró su llamado a un alto el fuego humanitario inmediato y a que todas las partes respeten el derecho internacional humanitario.
Reiteró sus llamamientos para la liberación incondicional de todos los rehenes israelíes retenidos por Hamás en Gaza y para la protección de los civiles, hospitales, instalaciones de la ONU, refugios y escuelas.
“Más alimentos, más agua, más medicinas y, por supuesto, combustible, entrando a Gaza de forma segura, rápida y en la escala necesaria. Ahora. Acceso sin restricciones para entregar suministros a todas las personas necesitadas en Gaza. Ahora. Y el fin del uso de civiles como escudos humanos. Ahora”, dijo.
El conflicto se expande, el odio aumenta
Al abordar los impactos más amplios del conflicto, Guterres señaló la “espiral de escalada desde el Líbano y Siria hasta Irak y Yemen”. Al pedir el fin, dijo que “deben prevalecer la cabeza fría y los esfuerzos diplomáticos”.
También deben cesar la retórica de odio y las acciones provocadoras, continuó. Guterres dijo que estaba profundamente preocupado por el aumento del antisemitismo y la intolerancia antimusulmana, y señaló que tanto las comunidades judías como musulmanas en muchas partes del mundo están en alerta máxima, temiendo por su seguridad personal.
Con las emociones en un punto álgido y las tensiones aumentando, “debemos encontrar una manera de aferrarnos a nuestra humanidad común”, dijo.
"Pienso en los civiles de Gaza -la gran mayoría mujeres y niños- aterrorizados por los implacables bombardeos", dijo.
“Pienso en todos los torturados y asesinados en Israel hace casi un mes y en los rehenes, secuestrados de sus hogares, sus familias y sus amigos mientras simplemente vivían sus vidas”.
Personal de la UNRWA de luto
El Secretario General también se unió a la familia de la ONU para llorar a 89 miembros del personal de su agencia que ayuda a los refugiados palestinos, UNRWA, que han sido asesinados en Gaza.
Muchos de estos colegas (entre ellos profesores, directores de escuelas, médicos, ingenieros, guardias y personal de apoyo) fueron asesinados junto con sus familiares.
Entre ellos se encontraba una joven llamada Mai, que “no dejó que su distrofia muscular o su silla de ruedas limitaran sus sueños”, convirtiéndose en una estudiante destacada y finalmente trabajando en tecnología de la información para la UNRWA.