La actividad del volcán Fagradalsfjall en el poblado de Grindavik, Islandia, deja grietas humeantes en diversos puntos tras la evacuación realizada en prevención de un desastre.
Las grietas, que despiden gases sulfurosos, han cortado vías y se prevé que aumenten, e incluso el poblado sea engullido por la cámara de magma bajo el lugar.
Antes y después de la erupción de lava se registran constantes temblores. Hasta el momento se ha evacuado a 4,000 residentes de Grindavik, a quienes se les permitió regresar brevemente a sus hogares por un tiempo limitado para recoger sus pertenencias antes del 13 de noviembre.
Islandia se está preparando para una posible erupción volcánica después de que la nación fuera sacudida por una serie de terremotos que desde entonces han llevado a las autoridades a declarar el estado de emergencia.
El vulcanólogo Thorvaldur Þórðarson dijo al canal local 2 Evening News de Islandia que el sumidero de un metro de profundidad formado en Grindavík indicaba que el túnel de magma, formado bajo la ciudad, estaba muy cerca de la superficie y que la erupción ocurriría dentro de los límites de la ciudad.
“Esto indica que pronto entrará en erupción y eso, desafortunadamente, apunta a que la erupción ocurrirá dentro de los límites de la ciudad de Grindavík”, dijo Thorvaldur a los medios islandeses el domingo.
Las autoridades de Islandia declararon el estado de emergencia el viernes 10 de noviembre después de que una serie de fuertes sismos sacudieran la península de Reykjanes, en el suroeste del país, señalan varios medios europeos.
La probabilidad de una erupción sigue siendo alta a pesar de una disminución de la actividad sísmica, dijo el Instituto Meteorológico de Islandia en un comunicado el martes(14 de noviembre.
El instituto también dijo que se registraron cerca de 800 sismos entre la medianoche y el mediodía del martes, menos que los dos días anteriores.
“Por lo general, una erupción precede a una menor actividad sísmica, porque estás tan cerca de la superficie que no se puede acumular mucha tensión para provocar grandes terremotos”, dijo Rikke Pedersen, directora del Centro Vulcanológico Nórdico con sede en Reykjavik, citado por Reuters. “Nunca debe tomarse como una señal de que no se avecina un brote”, añadió.