El 1 del presente mes Israel atacó el local del consulado de Irán en Damasco, lo que causó la muerte de siete personas, incluyendo dos generales iraníes. En ocasiones anteriores, con ataques similares, Israel ha matado varios militares iraníes que asesoran al gobierno de Damasco en su lucha contra el terrorismo islámico y el separatismo de la zona kurda.
La diferencia es que, producido el asesinato de los que estaban en el consulado de Irán, este país declaró que iba a responder militarmente, lo que constituyó una novedad, porque ningún país del Oriente Medio se ha manifestado de esa manera por temor a EE.UU., el permanente protector de Israel.
Considerando el vasto arsenal de Irán, que incluye drones de largo alcance, misiles y cohetes balísticos, había expectativa acerca de cómo sería el ataque.
Falsa potencia regional
Los analistas de medios de comunicación de Occidente, sabiendo que mienten, presentan a Israel como una potencia regional que mantiene a raya a sus enemigos. Para empezar, habría que preguntarse por qué tantos enemigos. La respuesta está en el origen del estado de Israel, creación (con Declaración Balfour y todo) del colonialismo británico en disolución, que en vez de conceder la independencia a los judíos y árabes locales, prefirió otorgarla a los judíos blancos (rusos, alemanes, polacos, franceses, ucranianos, etc.) que venían de Europa, para que, por sus diferencias culturales y políticas con los nativos, estuvieran siempre enfrentados y haciendo la guerra a los vecinos. En otras palabras, el estado judío se crea como un vástago o rezago del colonialismo, un caballo de Troya en el bloque islámico.
Para que cumpla su papel de gendarme y matón del barrio, EE.UU. y países europeos arman muy bien a Israel, lo que en el pasado le permitió ganar guerras como las de 1967 y, parcialmente, 1973. Haber ganado esas guerras por tener una buena aviación hace que los manipuladores lo consideren “potencia regional”, lo cual es totalmente ridículo, porque, por ejemplo, cuando se desató la crisis por el ataque de Hamás, fue patético ver la aparición de un portaaviones del protector EE.UU. para defender a Israel; como si eso fuera poco, ayer aviones y barcos con equipo antiaéreo del Reino Unido y EE.UU. se dedicaron a derribar drones de Irán para evitar que impactaran en Israel. ¿A eso, a ese valido*, llaman “potencia regional?”
En el Oriente Medio las potencias regionales verdaderas son Turquía, Irán y, parcialmente, Egipto, porque tienen autonomía para defenderse, tienen prestigio político, no son repudiados ni rechazados como Israel, y además cuentan con una población numerosa que asegura el tamaño de la fuerza armada y su mayor capacidad de reponer bajas.
¿Qué viene?
El anunciado ataque de represalia de los iraníes causó mucha ansiedad en Israel, que no puede salir del atolladero de la guerra con Hamás. Producido el ataque iraní —con drones, y misiles— y cumplidos los objetivos politicos, militares y de imagen, Irán ha declarado que no va a haber otro ataque, a menos que Israel —que está en pose de “¡Agárrenme que lo mato!”— emprenda una respuesta militar contra la República Islámica de Irán.
En parte, ambos contendientes saben que no conviene agravar o complicar el conflicto, por lo que en los hechos posiblemente prefieran limitar las acciones todo lo que puedan. Por ejemplo, desde el ataque de Hamás —7 de octubre del año pasado— y consecuente respuesta de Israel, Hezboláh bombardea todos los días blancos militares, de comunicaciones y de inteligencia israelíes, pero evitando golpear sitios lejanos de la frontera o ciudades grandes; Israel hace lo mismo, responde a la milicia libanesa dentro de una franja de territorio, y no más. Si no se respeta esta moderación, las capitales de ambos países —Beirut y Tel Aviv— serían blanco de bombardeos y sufrirían graves daños o destrucción total.
Con algo de sensatez, el protector incondicional de Israel le ha dejado en claro que no va a apoyarlo en ningún ataque o incursión contra Irán y, además, le recomienda no dar respuesta al ataque de Irán.
La dirigencia política y religiosa de la República Islámica de Irán sabe tomarse su tiempo y guardar ases bajo la manga para la siguiente jugada.
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* Según el Diccionario de la lengua española, valido es el “Hombre que, por tener la confianza de un alto personaje, ejercía el poder de este.”
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